Vamos a hacer las cosas bien.
Señor presidente, señores es que mandan, del gobierno que sea que tenemos por encima: nos hemos ido. Hace unas semanas nos declaramos micronación independiente y, oigan, por ahora nos va bien.
No se lo tomen a mal. Son ustedes unos patanes desalmados, sí, pero a eso ya estamos acostumbrados y no queremos escribir otra queja de las que no van a ninguna parte. No, ésta es una carta de igual a igual, de colega a colega, de jefes de estado a jefes de estado, un acto de protocolo muy formal. Si quieren, pueden venir a leerla a nuestras delegaciones (nuestra casa) y les haremos una recepción oficial con baile regional y todo.
Nuestra micronación tiene las mejores camisetas del mundo. Les podríamos regalar alguna.
No, no nos vamos por ustedes. No son ustedes, somos nosotros. Sus países, con territorio, banderas y riquísimas culturas, se nos venían quedando pequeños desde hace tiempo. Nos hacía ilusión montarnos el chiringuito a nuestra manera, un poco por probar, otro poco por vanidad. No negaremos que confiamos en la inminente llegada de algún extraterrestre que diga eso de «llevadme con vuestros líderes» y, para qué esconderlo, esos líderes queremos ser nosotros.
Hasta hemos puesto carteles.
Por ahora, hemos hecho nuestra declaración oficial de fundación (unilateral y de independencia, si nos permiten usar esos términos; nos parece que ahora mismo no tienen ninguna connotación polémica) y tenemos un objetivo: ser una micronación cultural que lo mole todo. También hemos decidido ya nuestro huso horario (acaso lo más importante que deba hacer un país), tenemos demónimo («inerciales») y estamos trabajando en la bandera, el himno y el territorio. Con esto último prometemos no invadirles nada ni abusar de nuestro incontestable poder. Todo muy diplomático y pacifista, ya ven.
Nuestro principal objetivo es estar en la próxima edición de este libro.
Así que, tal y como están las cosas, vamos a poner las cartas sobre la mesa. Dejamos este mensaje en internet a disposición de todos ustedes y si pasados unos días prudenciales no recibimos noticias suyas, entenderemos que no tienen ningún problema con que nos independicemos. Lógica BOE, vamos.
Y, por supuesto, señores gobernantes, compañeros jefes de estado, les abrimos las puertas por si quieren pasar de las movidas de sus naciones y hacerse inerciales. Ahora mismo está muy bien visto y además necesitamos secretarios para cuando vengan los aliens.