Tal vez quieran ver una película este fin de semana pero no saben cuál. Aquí les dejo un par de ideas. Alguna de ellas hasta tiene una alta dosis de Nicolas Cage, por si se atreven. Luego no nos vengan llorando porque al final no han visto nada.

 ‘HAPPINESS’
(TODD SOLONDZ, 1998) 

Confieso que me apasiona la comedia cruel, la inquietante, la que te produce una sonrisa que te hace sentir culpable. Un ejemplo perfecto de comedia incómoda siempre será Happiness (1998), escrita y dirigida por un mismo hombre llamado Todd Solondz. Tengan en cuenta este nombre, por favor.

Las falsas apariencias como base de la felicidad siempre es un tema apasionante, pero también es un campo de minas donde cada paso del director resulta más peligroso que el anterior. Solondz se la juega en cada escena con una inteligencia abrumadora y sale vivito y coleando. Cuesta sonreír porque los protagonistas son tan ridículos y patéticos como nosotros mismos. Importante cuestión.

Esta cinta de finales de los noventa es atemporal como ella sola. Hace autocrítica lanzando un misil contra las normas morales y familiares establecidas en el modelo social norteamericano. Sus diálogos son tan retorcidamente irónicos como letalmente veraces. Happiness, where’re u? no se va de la cabeza. Aquí no hay lugar para la corrección. ¡Hurra!

‘ARIZONA BABY’
(‘RAISING ARIZONA’, JOEL & ETHAN COEN, 1987) 

Tenemos que reivindicar a Nicolas Cage como actor histriónico y sobrevalorado. Nicolas, que es un buen tipo, también es consciente de haber tenido la grandísima potra de haber colado como intérprete de categoría. Ahora que su carrera cae en picado Nicolas juega a ser la parodia de sí mismo, ergo tiene sentido del humor.

Esto último ya lo sabían los genuinos hermanos Coen cuando en 1987 eligieron a Nicolas para protagonizar al caricaturesco H.I. en la divertidísima Raising Arizona (Arizona Baby, en castellano y porque sí, no hagamos preguntas a los dictadores del doblaje y la distribución). No hay muchos actores que tengan la habilidad de Cage para encarnizar una caricatura tan pasada de vueltas.

No estoy seguro de si fue o no la primera road movie que vi en mi vida, pero lo cierto es que se me quedó grabada como si así lo fuese.  Y eso es lo que cuenta. Ternura, locura y comedia incorrecta en su dosis adecuada. Los Coen en su principio de ebullición gamberra. El absurdo hecho risa. Imprescindible.

 

Juanjo López, MelonTajáEnMano