Una vez más se cruza en el camino de La Inercia Ilustres Ignorantes, el recomendabilísimo show cómico en el que se debate libremente sobre lo divino y, sobre todo, sobre lo humano. Y no podemos excusarnos en que se trate de una fortuita casualidad: la labor de la santísima trinidad Coronas-Cansado-Colubi en pos del humor televisado del país vecino a nuestra micronación nos llena de admiración y buenos deseos (¿he oído Premio Comunicación Bien?).

Acompañados por el inefable Pepín Tre, el Ilustres Ignorantes Word Tour llegó al teatro Olympia de Valencia en la víspera de Todos los santos. De entre muchedumbres ataviadas con defectuosos disfraces de zombie y alguna que otra sexy ebola nurse, fueron emergiendo las cerca de mil personas que completarían el aforo.

IlustresValencia

Con rigurosa puntualidad, Javier Coronas tomó el escenario para presentar el espectáculo (“si el programa de televisión es el cuerpo, el tour por teatros sería algo así como un apéndice enorme… sería la polla”) y para dar paso a Javier Cansado, Pepe Colubi y Pepín Tre, no sin antes hacer incisivas menciones a personajes muy queridos en la terreta como Rita Barberá, Calatrava o Benzema. A diferencia del show televisivo (de 25 min. y grabado en la sala Galileo Galilei de Madrid en compañía de otros dos invitados), la versión itinerante de Ilustres se va, sin dolor, a las dos horas sin parones. Y poca broma: mantener un nivel de risa constante en un periodo de tiempo tan largo es un reto al alcance de pocos, especialmente cuando el público al que se enfrentan bien pudiera estar acostumbrado al montaje apuradísimo de la televisión. Sin embargo, estos temores infundados se diluyeron rápidamente. Con un guión más abierto aún que para televisión, las improvisaciones de los cuatro dieron buena cuenta de su capacidad y nos dejaron intervenciones para el recuerdo.

Coronas moderó el show (o lo intentó) a través de sucesivas preguntas del estilo ¿Cuál es la lección más valiosa que te ha enseñado la vida? ó ¿Qué es lo que más te gustaría hacer antes de morir? Ante lo abierto de estas cuestiones y la inventiva de sus compañeros, el tiempo voló entre ocurrencias y disparates. Cansado ofreció sus disculpas al hijo de John Lennon por haberle hecho salir del hotel Dakota a por leche sin lactosa el fatídico día de su asesinato. Tre ofreció una detallada explicación de su predilección por el fémur como la mejor parte del cuerpo humano, y especuló sobre la posibilidad de que existieran aceitunas con este fabuloso hueso. Y Colubi advirtió de los peligros del facial squirting.

No hubo pausa intermedia, pero sí una especie de aparte en el que los cuatro fantásticos se sirvieron unos gin-tonics en el escenario mientras comentaban los highlights de la primera parte del show. Tre alabó la propuesta de Coronas —el partido Podríamos— mientras que Colubi, en su línea, tuvo un tierno y marrano recuerdo hacia Herminia, la abuela de Cuéntame.

Para concluir, Coronas propuso a sus partenaires que entonaran un estribillo que sirviera como resumen de sus sensaciones de esa noche en el Olympia. Colubi se lanzó tímidamente con Latino de Francisco. Cansado optó por el Me gustas tú de Manu Chao, con Pepín Tre al ukelele, que también empleó para su propia despedida con unas estrofas en bajo sajón, “el idioma que me sale al componer”. Coronas tiró de populismo y despidió el show con las estrofas del deleznable canto popular “Alcohol, alcohol”. Un final que, la verdad, no hizo justicia a la Ilustres experience, un fenómeno que continúa creciendo con la recién estrenada sexta temporada en Canal+ y con esta gira por teatros de España. No se la pierdan.