La noche del viernes habíamos coqueteado, por momentos, con la negritud, esa expresión sentimental del alma juguetona, alegre, optimista y juerguista. El segundo día del Imagina Funk 2014 íbamos a zambullirnos por completo. La jornada se inició relativamente pronto, a eso de las 12 del mediodía, con cierto cansancio acumulado pero con el ánimo intacto. Debíamos desplazarnos hacía el camping del festival para asistir al concurso nacional de disc-jockeys, conformado por Carluis & Toni Bistro, Javi Beat, Sound Kitchen & Funky Kitchen y Yusiak Batustan. Lo negro no sólo existe de noche, también de día.

El ambiente en el cámping es de lo mejor del Imagina Funk; unas cuatrocientas personas disfrutando de la negritud en todo momento. El ejemplo paradigmático es la formación Befunkbop, unos jóvenes con ganas de juerga que se encargaron durante los dos días de amenizar las esperas entre conciertos con una muy buena intensidad de bailoteo. Pues bien, éstos mozos, ni cortos ni perezosos, alrededor de una mesa, seguían los ritmos de los disc-jockeys con cualquier objeto que tuvieran a su alcance: un vaso, un plato, una cuchara, una botella de cerveza, una caja de cartón… Y claro, a la gente, a pesar de la más que evidente resaca general, no le quedaba otro remedio que mover el esqueleto.

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Befunkbop divirtieron de lo lindo en el Imagina Funk 2014

La zona de acampada no sólo ofrece actividades musicales, también un servicio de bar y comida y unas duchas al aire libre que también aportan para llegar a la negritud. Me explico. Con un calor sofocante y la chavalada sudando, más de uno y una pasaba con su bañador y sus gafitas de sol a remojarse, para después expandir ese agua entre la muchedumbre deseosa de más y más fiesta. Barbazas, tatuajes, rastas, chavalines, pibones, cuarentones, y hasta familias enteras, componían la amalgama de funkarras presentes en el camping.

Ya por la tarde, y después de una merecida siesta, volvimos al lugar para asistir al concurso nacional de música negra, cuyos finalistas fueron The Black Note y Greenwhales. Desgraciadamente, por nuestra perrería nos perdimos la actuación de la primera formación, liderada por la vocalista Mónica Menéndez y que promete mucho con unas composiciones intimistas de soul y funk. Pero llegamos a tiempo para ver la que ha sido, a mi parecer, la banda revelación de este Imagina Funk 2014. Las composiciones de Greenwhales basculan entre lo electrónico, la psicodelia y el funk, con una potencia enorme en directo. Quizá sea el momento que más negro me sentí esos días, especialmente, al escuchar una espectacular versión del Get Lucky de Daft Punk. Un diez para estos madrileños.

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Las corbatas verdes de Greenwhales nos enamoraron

Hacia las 8 y media de la tarde, el ambiente bullía. Llegaba uno de los momentos más esperados del Imagina Funk: la jam session. Cualquier músico presente estaba invitado a subir y hacer sus pinitos. Como no, el hammond de Julián Maeso fue casi lo primero en hacer acto de presencia. Morenito de Aranda y un servidor acabamos por mitificar esa imagen, repetida hasta la extenuidad durante días -el jueves, por dos veces, el viernes con Aurora García, el sábado en la jam session y en alguna pausa entre los conciertos-. Maeso es el Imagina Funk y viceversa. También participaron, desde un inicio, César Merino, director artístico del festival, al bajo, y dos componentes de Befunkbop, a la trompeta y el saxofón.

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Maeso debía aparecer también en la segunda parte de esta crónica, para convertirse en omnipresente de La Inercia

La cosa discurría con cierta tranquilidad, que no poca calidad musical, hasta que le dio por levantarse del asiento a otro de los grandes personajes de este Imagina Funk 2014: Frank T. Si ya su presencia física revoluciona al público -más de uno llegó a grabarle unas frases rapeadas en su móvil-, cuando abre la boca en el escenario el respetable se paraliza para activar lo más negro que lleva dentro. En un plis plas levantó al personal, con cuatro rimas dedicadas al buen rollo del Imagina Fonk (sí, él es el único autorizado para pronunciarlo así). Su discurso gamberro ya nos había deleitado en la presentación de todos las actuaciones de la plaza de toros. La jam session acabó con las deliciosas voces de Aurora García y sus dos coristas, Carolina García y Verónica Ferreiro.

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Putísimo amo Frank T

Con la hora pegada en el culo, nos dispusimos a cenar algo rápidamente -un bocadillo de lomo y queso-, para llegar justitos a la actuación de la Fundación Tony Manero, unos clásicos por estos lares. Es el concierto perfecto para empezar la noche después de tantas horas de negrura. Su música disco, con toques del funk y el jazz de los setenta, reveló el público más bailongo de todo el festival. Evidentemente, cuando la banda interpretó el hit Supersexy Girl, no faltaron coros del respetable.

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A los funkarras les sonará mucho esta cara

Tras escuchar una formación que bebe de la música negra más clásica, el Imagina Funk nos deleitó con algo completamente en las antípodas. Un experimento sonoro en toda regla. El dúo de origen suizo y ghanés OY, afincados en Berlín, descolocó por completo al público con un repertorio de bases electrónicas, percusiones étnicas, toques bruscos de batería, superposición de voces a distintos niveles y una pantalla de fondo con proyecciones surrealistas. Una performance perfectamente ejecutada por la vocalista Joy Frempong, sus tres micrófonos y su pelo a lo afro (no fueron los únicos pelazos a comentar durante los días del festival). Por su parte, el batería y productor Lleluja-ha nos dejó patitiesos con sus vestimentas: una especie de cojín con red que cubría su cara y un vestido largo, suponemos, que de origen africano.

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Joy Frempong, con sus pelazos y sus micrófonos

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Impagables pintas del batería de OY

El tercer concierto de la noche era el más esperado por mi parte, después de haberme pasado horas y horas escuchando a Calibro 35 en mi buga. No sé qué tienen estos tipos italianos que te atrapan con su funk y rock instrumentales, con claras influencias de las películas de cine policíaco de los 60 y 70. La banda no decepcionó, ni mucho menos, pero tiene un sonido menos pulido en directo. Sonaron bien, pero no celestiales, como en su último trabajo, Traduttori di Tutti. Eso sí, consiguieron transmitir la potencia de sus guitarras al público, a pesar de algún que otro comentario ininteligible, medio en italiano, inglés y español.

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El batería de Calibro 35 estuvo tumbado en el suelo un rato antes de salir a tocar

Eran poco más de las 5 de la mañana y el cuerpo pedía ya ir al sobre. Pero debíamos aguantar, al menos, hasta el inicio del último concierto del festival, a cargo de Afrobeat Eskorzo Experience. Buena programación de la banda por parte de la dirección del festival, en ofrecer un sonido movidito y un show desenfrenado. Deudores del estilo musical creado por el nigeriano Fela Kuti, los Afrobeat ofrecieron, además del funk y el soul, ritmos balcánicos, del reggae, el tango o el ska. Al público no le quedó más remedio que aguantar hasta el final, hasta el avistamiento del sol por una parte y la luna por la otra.

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El público aguantó hasta el final con Eskorzo Afrobeat Experience

Nosotros ya nos habíamos retirado, con la sensación de haber vivido unos días intensos, lejos de la amargura que a veces proporciona el día a día, inmersos en el alma negra que define el festival Imagina Funk. La negritud siempre viene seguida de una sonrisa enorme por lo vivido. La mía aún perdura.

Texto: Canogarfunkel

Fotografías: José Ortega y Amada Santos