Tres canciones, 259. La elección de Withor:

NACHA POP – ‘LA CHICA DE AYER’

¿Quién decide que una canción se convierta en el himno de una época, un movimiento o una generación? ¿El proceso se produce de forma natural o alguna fuerza oscura lo posibilita? Sea cual sea la respuesta, lo que nadie puede poner en entredicho es que ‘La chica de ayer’, de Nacha Pop, se ha convertido en el himno oficioso de la Movida Madrileña, y no hay ni una lista que recopile grandes canciones de la historia del pop español (ya saben lo que opino del tema) que ose dejarla fuera de los tres primeros puestos.

Voy a ir poniendo las cartas sobre la mesa: a mí ‘La chica de ayer’ siempre me ha parecido un auténtico tostón. Ayer, hoy y mañana. No hay motivos racionales para ello. Cuando suenan los primeros acordes, no puedo evitar pensar: ‘Joder, qué coñazo’. Y no pasaría nada, sería una canción más apilada entre millones de congéneres pudriéndose en mi cerebro, de no ser porque estoy condenado a escucharla de tanto en tanto debido a su estatus de himno. Desde hace unos días, en mi oficina suena durante siete horas al día M-80. ¿Se imaginan qué canción no falta a su cita diaria con las ondas?

nachapop

Lo que más me llama la atención de todo este asunto es que una canción ñoña, con una letra simplona tirando a cursi y sin un estribillo coreable, se haya convertido en santo y seña de un movimiento cuyos máximos valores son supuestamente la rebelión, la modernidad, la transgresión. Ya me dirán qué hay de transgresor en ‘La chica de ayer’, con frases como ‘tus cabellos dorados parecen el sol’.

Sé que la canción no es tan mala como la describo, pero me enfada soberanamente la devoción que se ha creado en torno a ella, su condición de intocable, que todo el mundo la acepte al estilo borreguil como ‘el himno’ sin cuestionarse si no habrá otras obras más apropiadas para ello. ‘La chica de ayer’ se ha convertido en un tótem inamovible, una especie de dictador africano al que adular, que en la red genera afirmaciones en medios de máximo alcance estatal como «es sin duda la mejor canción del pop español y una de las mejores canciones escritas sobre chicas» sin que nadie haya presentado todavía una denuncia en el juzgado.

Toda esta aura mística que rodea a la canción es la que ha provocado mi más frontal y severo rechazo, que será imperecedero. A no ser que nos pongamos de acuerdo en nombrar como himno oficial de la Movida alguna otra que encaje mejor en el perfil, como ‘El imperio contraataca’ de Los Nikis, ‘Groenlandia’ de Zombies, ‘Voy a ser mamá’ de Almodóvar y McNamara o, por qué no, ‘Más vale ser punkie que maricón de playas’ de Siniestro Total. Y es que ya que nos ponemos el disfraz de transgresores, hagámoslo hasta las últimas consecuencias.

@adriwithor