«Desde sus primeras encarnaciones, la tristeza (del inglés antiguo saed (saciado) y con ecos del Latin satis (satisfecho), se ha asociado con estar lleno. En este sentido la tristeza no se entendía antes como un estado emocional deprimido o bajo, sino un exceso que se acercaba al aburrimiento. La tristeza fue un tema muy popular en el Renacimiento, tan popular como lo es ahora la felicidad. […] Con sus sentimientos de saciedad y aceptación, su quietud e incluso apatía, la tristeza, al contrario que la depresión, es una parte importante de nuestras vidas. […] Véase también: dolor.»

The Book of Human Emotions, Tiffany Watt Smith

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