Apunta V que los Calatrava han pasado por el primer festival del humor de Vallmoll, a 20 kilómetros de donde vivimos. El dato sorprende pero no debería: Tarragona es ya un triángulo en la risa de ese palo, con Mariano 1’85 viviendo por aquí, Jaimito Borromeo en Vespella de Gaià y, en efecto, Manolo y Paco, los hermanos Calatrava, habitando también muy cerca. No es difícil, por lo tanto, contactar y conversar con ellos sobre más de medio siglo de actuaciones, discos o televisión. Y les preguntamos, es ineludible, por alguna versión imposible que en esta casa, ya saben, es referencia desde hace tiempo.

Hay quien pensará que volvéis, aunque lo cierto es que nunca os habéis ido.

Manolo: Llevamos 55 años dando guerra pero en los dos últimos hemos sufrido algo de bajón. Las variedades han caído en picado. Trabajamos todo lo que se puede, porque se puede poco. La cosa no está muy boyante. En el argot artístico había un dicho antes que decía: ‘Si los Calatrava trabajan, trabaja todo el mundo’.

Paco: Se va trabajando como se puede. Nunca nos hemos ido. Esto va por temporadas. A mí la prensa me ha enterrado ya 48 veces con el rumor de ‘El pequeño de los Calatrava ha fallecido’.

Quizás porque la tele siempre marca mucho. Cuando no sales en ella parece que no trabajes, que no hagas nada.

Manolo: La televisión tiene poco que ver con el trabajo. Nosotros vivimos del teatro y de las galas. Cada cinco o seis años nos vuelven a contratar en el mismo sitio porque hemos quedado bien. Somos una especie de seguro. En periodos en los que hemos hecho mucha televisión era cuando realmente trabajábamos menos. Es un arma de doble filo. Lo último fue en un programa de ‘La Noria’, una entrevista, pero no actuamos, y una aparición en ‘Sálvame Deluxe’.

Paco: Ahora hay tantas televisiones que es muy difícil… a lo mejor vamos a una de Murcia, pero claro, sólo te ven allí. A veces nos sucedía que cuanta más televisión hacíamos, menos trabajábamos.

Manolo: Ya quedan menos programas de la tele que se puedan seguir. Hubo uno de Santiago Segura que nos contrató. Llegamos a un acuerdo económico pero no artístico.

¿Qué pasó?

Manolo: Quería que bailásemos el ‘Ai Se Eu Te Pego’, y yo le dije que eso no lo hacía. No tengo edad para hacer tonterías. Él era el director. Afortunadamente, no lo hicimos y el programa fue un bodrio. Nunca nos ha pasado algo parecido. Cuando nos contratan saben que tenemos nuestro estilo de hacer humor, un señuelo que queda bien.

¿Os acordáis de cómo empezasteis?

Manolo: En televisión, era en blanco y negro, claro, en un programa que se hacía desde Montjuïc, ‘Jardín de verano’, dirigido por José Luis Barcelona. Aquello fue la inauguración de la televisión en España y todo se hacía desde Barcelona. Nuestra primera actuación fue en Horta y cobramos 100 pesetas. El taxi ya nos había costado 70. Hacíamos también radio. Comenzamos en Radio Barcelona, cantando los dos en serio. Paco se quedó afónico y empezó a gesticular. Como mi hermano es un mímico muy bueno, nos dimos cuenta de que aquello valía la pena. Y dijimos: ‘¿Por qué no hacemos esto a partir de ahora?’. Empezamos haciendo parodias de canciones. En nuestro carnet de 1957 pone que somos ‘parodistas cómicos musicales’. Paco improvisaba sobre la letra de las canciones y yo iba de serio. Hasta ese momento nadie había hecho eso. Luego empezamos a evolucionar, haciendo sketches. Lo que hacemos ahora es más de diálogo.

Paco: Mi hermano cantaba de solista y yo me agregé como segundo. Al principio nos llamábamos Hermanos Lozano. Él era el guapo y yo el feo. La gente me lo decía en plan simpático.

¿Os molestaba?

Paco: No, al contrario. Luego me acababan diciendo que no era tan feo como parecía. Es curioso porque hemos llegado a cinco generaciones y la gente joven me reconoce a mí antes que a mi hermano, por la fisonomía. Yo era el feo y mi hermano el menos feo. Ahora yo soy el flaco y él el gordo.

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Manolo y Paco, los hermanos Calatrava, en una imagen actual

Habrán influido las comparaciones inevitables con Mick Jagger…

Paco: Hicimos un sketch en un programa de Javier Gurruchaga en la Primera en el que a mí me llevaban por Madrid y me presentaban como Mick Jagger. Recuerdo que había gente que se lo tragaba.

Definid vuestro humor.

Manolo: Yo diría que es un humor de estar por casa, para pasárselo bien, que llega al mediano, al adulto, al pequeño… la grosería no está en nuestro ambiente. Hacemos reír usando el doble sentido y no soltando el taco.

Paco: Ha evolucionado con el tiempo. Hemos ido cambiando hacia canciones más actuales. No nos gusta meternos en política. Reflejamos lo que pasa en la calle, a la gente del pueblo. Nuestro humor es el del pueblo. El truco está en que la gente se vea reflejada en nosotros. Es como ver una caída en la calle, que piensas: “Si me hubiera pasado a mí no me reiría”.

Pero a veces se os asocia con lo casposo.

Paco: No somos humoristas profundos. No nos molesta. Tenemos un sistema de trabajar y al que nos conoce bien ya le gusta. Ni nos hemos quedado atrás ni nos hemos adelantado al ritmo del pueblo. Hemos grabado discos muy populares.

Manolo: No me molesta en absoluto. Nosotros compramos el periódico cada día y eso nos sirve para hacer los sketches. Eso que dicen de casposo también se lo achacan constantemente a Cassen, o a Tip y Coll, por la época. A nosotros nos vienen a ver cuatro generaciones de gente: los abuelos, los hijos, los nietos, los biznietos… Nos han escuchado en discos o en cintas, les han contado cosas de nosotros… Se mueren de risa con la cara de mi hermano. Ver que un niño se ríe y suelta una carcajada aunque no entienda nada da mucha satisfacción.

También habéis tenido que luchar contra la censura.

Manolo: Al principio de empezar a trabajar era terrible. Me acuerdo de un censor que había en Tarragona y que se llamaba, precisamente, Español. Iba a todos los espectáculos y apuntaba todo lo que decía el artista. No te podías salir del guión y con ese texto tenías que ir a actuar a los sitios. Si veía que decías una frase que no estaba prevista, te denunciaba y te multaba. No podías improvisar, pero nosotros lo hacíamos igual. Dependiendo del momento te arriesgabas más o menos. Recuerdo que cantábamos ‘Aleluya número 1’, una canción de Aute. Por aquellos días, Santiago Bernabéu, presidente del Real Madrid, había dicho la frase: “Catalunya es muy bonita a pesar de los catalanes”. En esa parodia de Aute dijimos que Bernabéu la había liado y nos pusieron 1.000 pesetas de multa. Siempre hemos hecho crítica social. Había canciones que a otros autores se las prohibían y a nosotros, por ser humor, se nos permitían. Siempre hemos sido críticos.

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Los Calatrava, dándolo todo durante uno de los números de su función

A nosotros hay una canción de los Calatrava que nos obsesiona, la versión de ‘Space Oddity’ de Bowie. ¿Cómo nació aquello?

Manolo: Aquella canción la grabamos en un LP, pero iba de relleno. Va de un señor que sale al espacio y ve cosas que pasan en la Tierra. Tradujimos la letra tal cual y aquello se convirtió en un éxito para la gente joven que nosotros mismos no nos podíamos imaginar. Luego se editó en otra discográfica.

Paco: Es la historia del paleto al que le meten en una nave espacial, no sabe dónde le llevan, se va dirigiendo al comandante y va contando lo que pasa, lo que va viendo desde el espacio. Tiene algo de crítica social. La hicimos en la época de Franco y tuvo mucho éxito. Hace cuatro o cinco años la gente joven se la empezó a bajar en Internet y también tuvo éxito.

Y de la crítica social a probar suerte en la política, como hizo Manolo. Fuiste concejal en Calafell en los años 90. 

Manolo: Somos inmigrantes extremeños en Catalunya. Yo llegué con 14 años y mi hermano con 11 y nos instalamos en Barcelona. Ahora vivo en Llorenç del Penedès y él en Castelldefels. Antes, cuando estaba en Calafell, me liaron unos amigos. Me animaron a que fuera en una lista… y salí en la oposición durante cuatro años. Era con los socialistas pero yo iba de independiente.

¿Cómo fue la experiencia?

Manolo: Fue muy divertida… al principio; luego, no tanto, y después me cansó mucho. Para hacer de político hay que nacer con eso. Me cansé y me pasé al grupo mixto. Yo usaba el sentido del humor en los plenos y en los escritos. En la revista municipal escribía textos con un poco de coña y eran los únicos que se leían. Hace poco hice el pregón de las fiestas de Segur de Calafell y les di palos a todo el mundo, a todos los políticos, fueran del color que fueran.

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Los hermanos, gastando patillas en sus inicios. A la izquierda, Paco, más Jagger que nunca

¿Qué es lo más esperpéntico que habéis hecho?

Manolo: (piensa). Lo más esperpéntico es un trabajo que tuvo poca expectación: fue un disco que era todo un bostezo. Era música clásica y mi hermano bostezaba sobre ella. Era para demostrar que el bostezo se contagiaba. Es un disco que no creo que se pueda conseguir, aunque en algún archivo de alguna radio a lo mejor puede estar. Otra cosa muy extraña la hicimos en ‘La casa por la ventana’, el programa de Alfonso Arús. Una pulga se metía en el cuerpo de mi hermano. Él se empezaba a arrascar y todo el mundo en el público le empezaba a imitar. Nos reímos mucho pero había algo de estupefacción. Los técnicos del programa no sabían lo que estaba pasando.

Paco: Lo más raro que he hecho ha sido casarme y ser padre a esta edad. Tengo un niño que me da vida, de hecho demasiada vida (risas). Nos han pasado cosas como llegar a un sitio y ver que la gente no se reía. En Mallorca, por ejemplo, nos pasaba que íbamos cada año y cada vez se reían más.

¿Os queda cuerda para rato?

Paco: Mientras no tiren mucho de la cuerda… Últimamente las cosas se han complicado mucho. No hay dinero y, si no cubres al menos los gastos, no compensa.

Manolo: Mientras el cuerpo aguante… Somos ya jubilados. Cobramos la pensión y simplemente nos gusta aprovechar algunas galas para matar ese gusanillo que no te puedes quitar de encima. Cuando llevo 15 días en casa me pongo nervioso. Actuar es como una droga. Necesitamos las actuaciones para poder seguir.

¿Qué os gusta del humor que se hace ahora?

Manolo: Soy muy exigente con el humor y veo a gente que no me acaba de convencer. Hay muchos amigos que me gustan. Me encanta lo que hacen Académica Palanca, Jaimito Borromeo, Manolo Royo, Faemino y Cansado… Me gustaban Tip y Coll, Cassen, Mary Santpere. Martes y Trece me gustaban en televisión pero en directo no. Y Gila, por supuesto. Siento un gran respeto por cualquier persona que se sube a un escenario. Es más difícil hacer reír que hacer llorar… eso lo consigues con una cebolla… y yo siempre digo que todavía no conozco a ninguna legumbre que haga reír. Lo de los monólogos es para un público muy especial. Tú coges a un monologuista y lo metes en una caseta municipal de la feria o en una plaza del pueblo y lo pones a hacer reír y… No tiene nada que ver una cosa con la otra. Si los sacas de contexto es un fracaso.

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