La Inercia anuncia el descubrimiento de tres partículas musicales que bien podrían ser las recomendaciones de esta semana, a falta de confirmar las últimas mediciones. Estos temones surgen de datos obtenidos en rigurosas observaciones desde la terraza de un bareto veraniego, colisionando gintonics y cafés con leche como si no hubiera mañana. Todo por la ciencia.

La elección de Raúl

FRANÇOISE HARDY – TOUS LES GARÇONS ET LES FILLES

En 1962 apareció la Hardy, con 18 añitos tiernos pero ya sofisticados, en la única cadena de televisión francesa y en un intermedio musical sedujo a media nación, que esperaba los resultados de las elecciones para saber quién iba a ser el presidente de la República. Desde entonces nada fue igual en la chanson, y desde entonces era difícil resistirse a la dulzura y la candidez del idioma: cantar en francés con la boquita de piñón quiere decir, en un lugar común, sensualidad y algo de vida bohemia, que bien pudiera Françoise desde su timidez y suavidad estar hablando de incestos, de matanzas en Texas o de cómo de calentita y alborotada está la franja de Gaza, con tiros y tó eso, y nosotros seguir embobados con París, la libertad, los sueños, el arrebato de la melodía y la melancolía en blanco y negro, tan sensiblera pero a la vez tan Godard y Belmondo. Me la pongo y, pese a su tristeza adolescente, le veo siempre un aura protectora que me cubre un poco ingenuamente, como nos refugian inevitablemente algunas canciones sesenteras.

Me encantan esos terremotos banales que de por sí son intrascendentes pero que le dan la vuelta a un país, lo movilizan y acaban firmando sacudidas en las que luego da igual el PIB, la prima de riesgo o los acuerdos del consejo de ministros: el potencial salvador de un gol, un flequillo redentor, una minifalda gloriosa o una canción revolucionaria que va a poner erecto al share, que va a disparar la bolsa y que va a valer por mil declaraciones oficiales. Al día siguiente, con nuevo presidente de la República, el tema copó las radios de Europa entera. La bella Hardy seguía solita, suspirando por el amor más pasteloso, por los paseos en el parque, pero Francia ya se le había quedado pequeña.

La elección de Withor

MOCEDADES – SÍLBAME (WILLI FOG)

Dice Solo, en la frase que da inicio a esa gran aventura de final de juventud que es ‘Cuatro Amigos’, que la amistad está sobrevalorada, “como las carreras universitarias o las pollas largas”. Unas cuantas páginas después, ya roto el corazón, Solo reflexiona de nuevo sobre el sentido de la amistad: No consigue quitarte las penas. Pero te hace más llevadero el viaje.

Esta versión crítica de la amistad, que denota años rodados y decepciones incurables, se antepone a la primigenia e infantil. La de amigos perfectos que nunca fallan, la de los Goonies, la de un compañerismo inquebrantable firmado a través de tardes y tardes perdidas en cosas triviales, pero nunca solitarias.

El otro día me entraron unas ganas irreparables de escuchar ‘Sílbame’, un himno al ideal de la amistad forjado a golpes de frases simples pero efectivas. Y me hizo especial ilusión saber que Raúl, como yo, la escuchaba de tanto en tanto en su MP3. Eso me hace pensar que quizás hayamos cruzado la línea y llegado a ese momento de la vida en el que toca ponerse nostálgico y echar la vista atrás cada vez con más frecuencia. Quién sabe. O a lo mejor sólo somos unos viejos románticos, de esos que silban y ni siquiera se giran hacia atrás, porque imaginan que alguien acabará apareciendo.

La elección de V the Wanderer

LOWER THAN ATLANTIS – I HATE COMIC SANS 

Una vez soñé que abría la nevera y la marca en el cartón de leche estaba escrita en Comic Sans. Encendía el televisor y los titulares del día se daban en Comic Sans. La hora de mi reloj se marcaba en Comic Sans. Comprobaba mi DNI y allí estaba: Comic Sans.

Hace un par de días se logró, tras décadas de investigación, esfuerzos faraónicos y colaboración humana sin precedentes, el descubrimiento científico de nuestra época. Apareció el escurridizo y maldito bosón de Higgs.

Y la presentación se hizo en… Comic Sans.

Menos mal que no estoy solo y gente como Lower than Atlantis refleja tan bien mi sentir al respecto. Veintitrés segundos que dicen todo lo que hay que decir al respecto. Comic Sans: el infierno se te queda chico, hija de puta.