Aquel que siguiere estas recomendaciones y escuchare estos tres temas, encontrare paz de corazón y un rato entretenido.

La elección de V the Wanderer

NOFX – Lori Meyers

Quién le dice a la altiva y pedante (pero cerdísima) Sasha Grey que es una damisela en apuros a rescatar de su terrible y denigrante prisión gonzo. A una hembraca como Gianna Michaels, que se lo pasa teta en cada una de sus opus magna, que lo suyo no es digno y que está explotada. O quién es el guapo o guapa que le habla a Maria Ozawa del papel sumiso de la mujer en la cultura oriental, e te ce e te ce. Pues a eso fue Fat Mike, el cantante de NOFX, cuando reconoció a su antigua vecina Lori Meyers en una de esas cintas que compraba para su alivio personal. Y Lori, claro, manda a la mierda al inocente y prepotente paladín. Degradación, dice, como si besar el suelo de una sucia fábrica no fuera degradante. «Crees que vendo mi cuerpo, tan sólo vendo mi tiempo», responde nuestra heroína.

Durante años me pregunté si Lori Meyers existía realmente (Bloodhound Gang dedicaron una canción de amor a Chasey Lain, y luego estaba el grupo popero ése que no podía llamarse así por los reyes del hardcore punk). Ésa era una de las fantasías que enriquecían el tema, tal vez mi favorito de estos bandarras. La otra, acaso leyenda, era que las estrofas-respuesta de Lori las cantaba, en realidad, el propio Fat Mike, magia del estudio mediante. Lo dijo nuestro gurú del punk y yo le creí.

Años más tarde descubro que la cantante era Kim Shattuck (de The Muffs y The Beards), que los granadinos sí se llamaban así por NOFX y que Lori Meyers sólo existe en nuestros corazones. Yo me la imagino con la cara de Stoya.

 

La elección de Raúl

FOOL’S GARDEN – LEMON TREE

Ya decía yo que entendía muy bien este inglés y, claro, es que esta banda de mediados de los años noventa y todavía en activo es alemana. Un caso más de artista ‘one-hit wonder’, en un diseño pluscuamperfecto de canción pop: tres minutitos de melodía adictiva, estructura sencilla de las de toda la vida y colorismo ‘beatle’, coctelera válida para colocar al temita en el top de las listas de aquí y de allá, copando mercados en Europa y Asia. Hará casi lustro y medio tomé prestado el disco en cuestión en la biblioteca (esta vez no lo robé e incluso tuve la insólita cortesía de devolverlo) y me quedé, no podía ser de otra manera, con esta canción que luego se ha repartido con más o menos desorden en montones de cds con emepetreses. Hagan la prueba: busquen cualquier disco de ‘varios’ grabado en su (post)adolescencia y allí la verán, rellenando azarosos recopilatorios con su ritmo cristalino.

Es paradójico que una canción en apariencia risueña sea una oda al hastío, a la desidia, a la melancólica perrería de los domingos por la tarde en su acepción más positiva: la de la contemplación ociosa, la del holgazaneo, pero también la del aburrimiento que se envenena hasta la soledad (“te estoy esperando pero nunca pasa nada y dudo”, dice la letra) por el puto limonero amarillo. Fool’s Garden, varios cambios en la formación y un apóstrofe menos en su nombre después, han sobrevivido más de 15 años con estos 190 rentables y agridulces (aunque optimistas, al final) segundos que volvieron a grabar en 2009. Definitivamente, la sombra del limonero es alargadííííísima.

 

La elección de Withor

METALLICA – LOW MAN’S LYRIC

Gracias Dios. Por el fútbol, por Maradona…. por estas lágrimas. Pero sobre todo, por no haber nacido heavy. No es que tenga nada en contra de este colectivo (que en realidad sí). Simplemente, no me apetece llevar chollacas, llevar exclusivamente camisetas de color negro y beber sólo cerveza olvidando los cubatas. Y lo más importante, no me apetece estar anclado en un género musical toda mi vida detestando todo lo demás.

Metallica. Gran grupo. Ahora son una mierda, sí, hace años que lo son. Pero antes molaban. Incluso los no heavys -como yo- coincidiremos en que los 4 primeros discos son los mejores, cuando tocaban heavy (en realidad, parece que el género es conocido como trash metal). Aunque no seamos fanáticos del heavy, los temas tralleros (palabra a reivindicar) eran muy buenos. Disfrutables. Luego se amariconaron. Todos lo sabemos. Las niñas de 17 años que habían evolucionado musicalmente ya no escuchaban Take That. Ahora escuchaban el Load y el Reload, los álbumes pop de Metallica. Visto con perspectiva, hay que reconocer que tiene cojones tamaño-caballoespartero la cosa.

Pero oye. Que entre la mierda que hacían, hay alguna joyita que otra. Metallica demostró que sabía hacer buenas canciones pop. Que no es tan sencillo. Violín eléctrico un poco gameboyesco, ritmo abluesado, letra sobre lo triste que es la vida y hala, ya tenemos una de esas canciones que tanto gustan a Withor. Siete minutos con una bonita melodía de fondo, algún pequeño cambio de ritmo y un estribillo que cumple son suficientes. Aunque sea una canción de Metallica que recuerde poderosamente a The Corrs. A las niñas musicalmenteevolucionadas les encantó. Y… ¡qué cojones! A mi también. Y si quiere escuchar heavy… vuelva usted mañana.