Creíamos que éramos rebeldes, duros, indomables. Que le mostrábamos el dedo anular al mundo con desprecio. Chulazos, casi. Pero ahí tienen a los eurodiputados, diciendo que antes muertos que volar en turista, o a Justin Bieber, llegando una hora tarde a la rueda de prensa y pasando del photocall. Eso es rock’n’roll actitud. O no. Nosotros, que nos hemos quedado sin referentes, nos vamos a misa. Eso será el nuevo punk.


La elección de Raúl

OASIS – WHATEVER

Con Oasis lo difícil es olvidarse de todo lo que uno conoce del grupo y recordar que lo que importa, lo que trasciende, son las canciones, más allá de todo lo demás: el mito de los históricos pelotazos del debut, las polémicas entre los insoportables hermanos Gallagher, la bandera del britpop, el pique ancestral con Blur y los debates sobre auges y decadencias. A mí ‘Whatever’, que vio la luz en un EP en 1994 (publicado entre el disco de debut y el siguiente) me parece un subidón de esperanza, un canto a la vida que oxigena, una fenomenal progresión sinfónica que explota en derroche de cuerdas y que ha sido recientemente versionada por unos chavalines de un coro de Nueva York para un anuncio de Coca-Cola.

Es uno de esos temas redondos que parten del pop-rock y no se quedan ahí: las guitarras acústicas, los arreglos, los coros y las letras cantadas estiradísimas (uno se imagina siempre a Liam Gallagher, retorciéndose la espalda y mirando al cielo) se dan la mano con una producción de lujo donde mandan los violines. La canción está compuesta por Noel Gallagher y es una reacción a la insistencia del padre de los dos hermanos por que se unieran al negocio de la construcción. ‘Whatever’ habla de lo bonito que es ser y sentirse libre a lo ‘my way’, de cantar blues y de elegir caminos una y otra vez para equivocarse. No son nadie estos pollos para darnos consejos pero parece que mediados los pujantes 90 Noel ya vislumbró la crisis del ladrillo. Acertó. Luego no les fue mal en la música.

La elección de Withor

GARBAGE – WHEN I GROW UP

Esta no es la recomendación semanal de Withor. Es la recomendación que les hubiera hecho canogarfunkel, el cuarto inercio, si esta bendita web hubiera existido hace unos añitos, cuando todos estábamos en vorágine adolescente. Hacía años que no escuchaba esta canción, ida completamente de mi memoria, hasta el pasado sábado, cuando por puro azar, volvió. Y yo recordé la curiosa historia de nuestro compadre, que con 16-17 años reconocía que le «rallaban» las guitarras, y sólo escuchaba Chasis y Simon and Garfunkel (tócate los cojones). Sin embargo, durante una pequeña etapa, existió un tercer grupo (¿Chasis se puede considerar grupo?) que nuestro querido inercio adoraba: Garbage. O mejor dicho, un disco concreto de Garbage (el que incluye ‘When I grow up’), con el que pegaron el minipelotazo para más señas y del que, obviamente, ni supe ni sé ni nunca sabré su nombre.

Echo la vista atrás y me asombró de ver como han cambiado nuestros gustos musicales. A canogarfunkel -afortunadamente- ya no le rallan las guitarras. Raúl ha superado su adicción a Calamaro. V the Wanderer sigue siendo punkarra-antivida pero Offspring lo toma con pequeñas dosis. Yo ya no escucho a Mägo de Oz y Siniestro Total no es mi grupo favorito (aunque me gustaría que lo siguiera siendo).

Pequeña reflexión que me vino a la cabeza después de escuchar una canción pop simplona, pero efectiva. De esas que te enganchan cuando las escuchas, pero al poco tiempo pasan al olvido. Usar y tirar. En definitiva, las que eran nuestras canciones favoritas cuando teníamos 16 años.

La elección de V the Wanderer

SEU JORGE – O ASTRONAUTA DE MÁRMORE (STARMAN)

Tres minutos y pico que me sirven para listar varias de mis filias y hacer una recomendación múltiple (maravillas de la economía del lenguaje, la intertextualidad y las referencias que tanto abundan en el postmodernismo):  uno, David Bowie, iconazo, figura que admiro y me intriga casi más que su música; dos, Jacques Cousteau, el explorador, le comandant, el humanista; dos, Bill Murray, estoico imprescindible, catalizador y canalizador de nuestra extrañeza y distancia con el mundo; tres, Wes Anderson, comediante de lo rígido, la frialdad, la alteridad; cuatro, el mundo submarino; cinco, la animación; seis, Damien Rice, a quien Jorge versionó con mucho éxito. Y por ahí el propio Seu Jorge, claro, talentoso brasileño que vale lo mismo para un roto que para un descosío.

El tema viene en ‘The Life Aquatic. The Studio Sessions’, de la misma película. En ella Murray interpreta a Steve Zissou, trasunto patético de Cousteau que tiene en su tripulación a Jorge, quien carga con su guitarra destripando temas de Bowie en portugués. Otra vez podría haber recomendado ‘Life on Mars’, pero ‘Starman’ brilla con algo de rollo carnavalesco y festivo.

Seguro que en su momento Ziggy Stardust parecía la mar de provocador y controvertido cantándole al psicotrópico hombre de las estrellas, invitándonos a flipar en colores con él, pero hoy resulta más bien entrañable e inocente. Casi como un número de Barrio Sésamo, colorines incluídos. Normal que cueste tan poco imaginarla ahora en Rio de Janeiro en pleno carnaval. Alegría y buen rollo para el fin de semana.