Raúl pide un cortado y Víctor un café con leche. Julio los trae con cara de sueño y se queja: «metéis poco rock duro, recomendad algo de Black Sabbath». «De la primera etapa», añade un viejo a dos mesas agitando una servilleta. Un par de abuelas caminantes pasan por delante, pamela, mallas y bambas a juego, y replican: «Lo que os hace falta es un buen post-folk». Se acerca un borracho que estrena el día con carajillo y litro y susurra algo ininteligible: parece ser que ha recomendado MGMT.

La elección de V the Wanderer

DAFT PUNK + MOBY – THE SON OF FLYNN

Escucho a los Especialistas Secundarios divagar antes de meterse en materia y seguir divagando. Iñigo se ha dejado el guión, de nuevo. Entro a las bambalinas de ésta, su santa casa, y miro lo que había apuntado como recomendación de hoy. Demonios, da para artículo. Decido guardarlo en cartera y elaborarlo más adelante, así que busco en mis favoritos de Spotify. ¿Qué es esto? Me dice Spoty que habrá cambios, y enseguida temo que se acabó el chollo: los usuarios Free/Open pasamos a tener 10 horas por mes y 5 reproducciones por canción.

Esta semana, precisamente gracias a Spotify, descubrí el cedé ‘Tron Legady R3c0nf1gur3d’, que aparte de hacer esa cosa tan horrorosa (entre hacker y choni) de cambiar letras por números, está rebién. Nuevos aires a la que fue, en mi Absoluta e Infalible Opinión, la mejor banda sonora del año pasado (y que he escuchado más de 10 horas y 5 veces). Moby le mete mano a ‘The Son of Flynn‘, tema cortito (1:35), casi esbozo, de corte nocturno, electrizado, estático, cinético.

Me hace pensar en una carretera de madrugada, vacía, artificial, inmóvil pese a la velocidad a la que me deslizo sobre ella. Yo proyectado (yecto-pro, da-sein, horror existencial) a un mundo inmutable. Lágrimas en la lluvia, dust in the wind, asombro oceánico (post)cyberpunk. Moby deja que el arranque sea suave y añade capas poco a poco: ah0ra una vibrantísima sección de cuerdas, ahora retuerce lo electrónico, ahora turnamos una y otro, los sostenemos, el movimiento se vuelve más hipnótico y el clímax estalla. Un monumento de 6:32 levantado sobre un mantra digital. ‘The Son of Flynn’ podría estar en ‘Kooyanisqatsi’; su remix entra en paisajes exoplanetarios.

Cinco repeticiones se van a quedar cortas.

La elección de Raúl

LORI MEYERS – LUCIÉRNAGAS Y MARIPOSAS

Vale, han podido hacer un último y cuarto disco con el productor de Shakira. Ojo, que no está mal, un giro leve hacia lo bailable, pero el pop sigue ahí: el de unos inicios sucio-guitarreros que les emparentaron con los primeros Planetas o el del pulso más setentero, más como Los Brincos. Creo que Lori Meyers lo hacen todo bien. Se han abierto para no quedar acorralados en el constreñido circuito de Radio 3, articulan una carrera más o menos sólida y han huido del pelotazo, salvo que a veces se hayan erigido por aquí y por allá en sensación alternativa de la temporada. Les he visto dos veces en directo (Santa Tecla y Cambrirock) y me han parecido ruidosos, robustos, demoledores, espectaculares.

Aquí degustamos a los granadinos en el que fue single del tercer álbum, ‘Cronolánea’. La canción entra a la primera, como una suerte de trallazo ‘indie’ mil veces escuchado, o un tratado del buen pildorazo rockero, un poco rebozado en psicodelia. La letra, romanticona, que no ñoña, y fantasiosa, arranca con versos certerísimos: “Eres tú quien va a cambiar el mundo, quien destrozará las teorías de la humanidad”.

Después lo de siempre, la melodía adictiva, la temática tierna, casi Disney (duendes, luciérnagas y demás fauna), que derrapa en incertidumbre, los coros reverberantes, la voz de Noni, ya curtida y crecida. Yo, que normalmente los martes ya tengo una idea de lo que recomendaré, me he quedado escuchando la canción una y otra vez en una perruna tarde de jueves en pijama, moviéndome perezoso de la Cadena Ser al Winamp.

La elección de Withor

FISCHERSPOONER – A KICK IN THE THEET

Hace meses que venía pensando en ampliar mi lista del Spoti. Apenas 50 canciones de una lista escuchada y reescuchada y que se había ganado la jubilación con una paga, además, bien alta. La pereza por hacer aquello que debo pero no quiero me hizo ponerme manos a la obra. Cual flashback peliculero, fui recuperando canciones perdidas, momentos olvidados, mientras el tic de add song to the list se hacía repetitivo hasta llegar a ser cansino.

Topé de repente con Fischerspooner. Y tuve aquel pensamiento profundo a la par que bello: ‘Lo que es la vida’. Hubo una época en que Warren Fischeer y Casey Spooner se iban a comer el mundo. El futuro de la electrónica, el rock, o el electrorock, estaba en sus manos. Y todo gracias a aquel hitazo, ‘Emerge’, que al final los acabó convirtiendo en un one hit wonder de los nuevos tiempos. La culpa la tuvo un segundo disco cuyo teórico hit, ‘Just Let Go’, no cumplió con lo esperado. Casey, Warren, la cagásteis majos.

Lo cojonudo es que aquel disco era mucho mejor que el primero. Y aunque no hubiera ninguna ‘Emerge’, como conjunto era muy superior a su predecesor. Tópico, sí. Pero es cierto. Y de entre todas, la que más me marcó fue ‘A kick in the theet’, y me vuelve a venir un recuerdo (mi recomendación semanal lleva semanas nadando en la nostalgia): a canogarfunkel, V, Pepe y a mí en el pasillo de la residencia Acquilone, en Italia, en pleno Erasmus, comiendo en plan cutre con las ropas más viejas que teníamos. Y quizás aquella canción nunca llegó a sonar aquellos días, pero no sé porque, la relaciono. ¿Algún psicólogo en la sala?