La Inercia is on fire: el martes entrevistamos a los Especialistas Secundarios, el miércoles asistimos a la Noche Bizarra con concierto de los canallas Messer Chups, el jueves participamos en la presentación del nuevo videoclip de Extracto de Lúpulo, el viernes entrevistamos a Abraham Boba y ahora nos vamos a la Fira de Música al Carrer de Vila-seca, donde tocan, entre otros, Ornamento y Delito. De todo ello tendrán noticia a su debido tiempo; por ahora les entregamos tres canciones que calmarán sus agitadas almas.

La elección de V the Wanderer

EXTRACTO DE LÚPULO – BEBERÁS CERVEZA

Vale, que el punk es cachondeíto y buen rollo y no tomarse las cosas demasiado en serio. Que sí, que tiene un punto de festival del humor y que se valora ser cafre y pelín animal. No se lo negamos, y a buen seguro que Extracto de Lúpulo tampoco se lo negarán. Pero detrás de eso, si uno quiere pasar de la proverbial broma entre colegas, hay toneladas de trabajo, agostos sacrificados a cinco horas de ensayo diarias y bolos a montones hasta que uno puede rechazar ese concierto benéfico a favor de los jóvenes alcohólicos en las fiestas de nosequé pueblo (a favor de su alcoholismo, claro). Eso tampoco se lo negarán los Extracto.

Porque Isma, Uri, Marc, Beren y Fran son, en el fondo, tipos muy serios. Tan serios que tienen unas (cachondísimas) tarjetas de presentación, tan serios que piensan en diseño gráfico, en estética, tan serios que cuando un bar de Madrid se ofrece a inaugurar su videoclip se trajinan un (cachondísimo) vídeo de presentación y agradecimiento. Tan serios que se dejan los cuartos en un disco, no maqueta o directo, sino disco de producción y sonido depurados. Tan serios que su videoclip tiene storyboard, extras y postpo.

‘Beberás cerveza’ es su carta de presentación, una suerte de manifiesto del birra-punk que ondean con aires festivos y por el que pasean sus ritmos acelerados, su ironía, su jaleo instintivo y poco cerebral, sus referencias y hasta algún eructo. Tampoco faltan menciones a su Tarragona natal, esta ciudad que nos ha tocado habitar y que está muy bien a no ser que uno quiera hacer cosas. No los recomiendo por paisanos, ni por amigos, ni porque me enreden para una presentación-performance que subvierte todo lo esperable de una rueda de prensa. Los recomiendo por otro motivo, pero ahora no puedo recordarlo. Vaya.

Bueno, mientras hago memoria bajen el disco, que lo tienen gratis. Era un motivo buenísimo, se lo aseguro.

 

La elección de Raúl

THE BEACH BOYS – WOULDN’T IT BE NICE

Creo que Brian Wilson va a morir este año porque: 1) Tanta cocaína, a la larga, no puede ser buena; 2) Aunque ha vuelto a la música, las puertas del psiquiátrico como hogar, dulce hogar siguen abiertas; y 3) Le tengo en la lista del Toprip 2011, un concurso poco confesable entre amigotes en el que gana quien más muertes célebres acierta a lo largo de un año. No me vendrían mal esos puntos, no.

Esta amable y cristalina cosita de dos minutos y medio es fruto de una mente obsesiva frita por la locura, los atracones de comida, los malos tratos de su padre y las drogas, las drogas a tutiplén. No se dejen engañar por el buen rollo psicodélico, por el toque playero y colorista de la melodía, por los flamantes arreglos caleidoscópicos, por el saxofón, la mandolina y el piano, que suenan como el azul radiante de una mañana primaveral. Ni siquiera se dejen llevar por una letra que habla de lo genial que sería estar juntos, abrazarnos toda la noche y besarnos sin fin.

Aquí el amigo californiano Wilson, líder de esta banda, fue un genio capaz de inventarse ritmos tan soleados como éste y de elevar a los altares un disco como ‘Pet Sounds’,  al que pertenece esta canción. Pero luego le llegó la factura: de tanto trauma infantil (su padre fue músico frustrado y maltratador) y de tanto ácido y hachís entre pecho y espalda, los problemas de la niñez se multiplicaron. Ahora no queda otra que ver a un psicólogo tres veces por semana y medicarse contra la ansiedad y la depresión. Ahora parece que está más tranquilo, que ya no se vacía ocho camiones de arena de playa en su salón para sentirla bajo los pies mientras compone al piano y que no prende hogueras en los estudios de grabación.

Da lastimica el pobrecito ‘beach boy’, tan exuberante en su música y tan frágil y zumbado en su vida. No le vendría mal escuchar esta (su propia) canción para atisbar un rayito de luz entre tanto delírium trémens, siempre que el 96% de su sordera en el oído derecho se lo permita, claro.

 

La elección de Withor

Esperen. Adri se ha largado a París, en merecidísimas vacaciones, dejándonos aquí en la estacada. El millón de monos ha montado una empresa y ya tienen máquina de café y de agua, así que no quieren venir. A Canogarfunkel no le apetece demasiado recomendar y rehusa amablemente la oferta. Lo cual nos lleva a:

La elección de V y Raúl

MOBY – THE DAY

Moby canta. Es un hecho que hay que aceptar, por purista o electrocuadriculado que sea uno. Llámenlo electropopero, pero el tipo canta. Y a nuestro juicio, lo hace con tremenda eficiencia. Con una fragilidad y una carga de tristeza contemplativa que cuadra de maravilla con sus paisajes melancólicos, artificiales y lejanos. Échenle una oreja a ‘Mistake’ o ‘Slipping Away’ y nos lo dicen.

El Moby que canta es tan bueno como el abstracto, el ligero o el soul. Y maravillosamente superior al discotequero. En esta nueva línea estrenada tras el libérrimo ‘Wait for me’, además, Moby se encierra a componer en habitaciones de hotel, en la soledad de su apartamento, al cobijo de sus viejas mesas de mezclas, y abre sus vacíos y soledades con pulso mucho más directo. ‘The Day’ vienen a ser la sublimación de ese arrebato personal, quebradizo, íntimo.

Ambos coincidimos en que el tema mueve y conmueve, hipnotiza y exige más de una escucha (Spotify ya nos lo ha bloqueado). Coincidimos, además, en que el videoclip es una fascinante obra de arte digital, una Experiencia Cercana a la Música hecha de iconografía religiosa, de demonios y enfermedades, de recortes y volúmenes. Un tema que, una vez más, trasciende a su creador y llega a un lugar universal y recóndito de las almas humanas. Una puta joya.