Barça-Madrid por partida doble en una semana, calor infernal y plaga meapilas en la capital. Pero La Inercia resiste. Y hasta nos quedan energías para recomendar tres tonadas de interés. Esto es épica.

La elección de V the Wanderer

ZAGER AND EVANS – IN THE YEAR 2525

‘Futurama’ funciona mejor cuando enlaza con esa ciencia-ficción de ideas que, por desgracia, vamos dejando atrás. Y cuando a ello le añade un par de paladas de emotividad (ay, maldito ‘Jurassic Bark’), buenos chistes y referencias bien encajadas. O sea, cuando hace capítulos como ‘The Late Philip J. Fry’, que viene a adaptar ‘Flight To Forever’ (el clásico libro de Poul Anderson en el que un viajero recorre la historia del universo ¡varias veces!) y lo mezcla con ‘The Restaurant at the End of the Universe’ (segunda entrega de ‘The Hitch Hiker’s Guide to the Galaxy’, de Douglas Adams). Una máquina del tiempo que sólo puede viajar hacia adelante es la excusa perfecta para parodiar el legendario tema hippy-futurista ‘In the Year 2525‘, de Zager and Evans.

Cuento cautelar rebosante de la mística y la ingenuidad de su momento, el tema llega a tocar cimas mareantes de moralina. Que el hombre se va a cargar el mundo o que vamos a separarnos de la naturaleza o hasta que dios se va a asomar y decir «mejor me cargo todo esto». Pero, aún así, tiene el encanto de la sci-fi de larga proyección (¡ojo! Les valió una nominación a los premios Hugo, «los Oscar de» la ciencia-ficción) y un ritmo trotón, viajero y épico. Algo así como un precedente de la versión que Santa Esmeralda hicieron de ‘Don’t Let Me Be Misunderstood’. Pop-rock-western-mariachi-épica-ciencia-ficción, tomen etiqueta.

Curiosidades: algunas estaciones de radio norteamericanas la eliminaron de su programación tras el 11S y tuvo versión hispana a cargo de Los Betas, ‘En el año 2033′. Su título completo es ‘In the Year 2525 (Exordium and Terminus)’ y fue número 1 en UK y USA. Sus autores, Zager y Evans, no volvieron a tener otro éxito. En el año 2011, Danny Zager se dedica a fabricar guitarras.

La elección de Raúl

UNDROP – TRAIN

Envejezcamos un poco, aunque partiendo, siempre, de la rigurosa actualidad. Ahí va una verdad: Undrop hicieron gira el año pasado y hasta tocaron en Ciudad Real. Ahí va otra: Tirtha, voz y guitarra del trío hispano-sueco, toca en la banda de Macaco. Eran mediados de los 90 y, pese al brit pop, ya se le veían pintas de hare krishna orientaloide. Pinceladas de contemporaneidad para esta banda de un solo éxito (¡qué digo!, de un solo estribillo) que tuvo un solo gran año: 1996. Más tarde, la indiferencia. Luego, la nada. Después, el olvido. Te ficha Pepsi (Australian Blonde o La Rabia del Milenio saben de qué va la movida) y te procura el pelotazo catódico. Canción del verano, bolos a porrillo y pasaporte a los recopilatorios de temas de anuncios de televisión (de ahí, emepetreseados, les exhumo ahora en plan forense). Si no lo recuerda, es que usted no tuvo infancia ni adolescencia ni ná.

La poderosa estrategia de marketing dispara, como mucho, las ventas de ese primer disco (lo tenía Gonzalo, lo escuché entero y recuerdo de él su discurso naturista y ecológico) pero luego no se sabe aprovechar la inercia. Recuerden las frases del spot antes del mediático riff de la intro: ‘El bajo entra tarde’ o ‘El guitarra toca como un rockabilly’. A partir de ahí, el enganchoso ‘There is a train’, y el resto es historia. Difícilmente se sobrevivía al vampirismo publicitario; difícilmente alguien podía apreciar el rollo hippy mezclado con punk, rock o algo de reggae (e incluso hasta un breve rapeado o amagos de mestizaje en este ‘Train’). Al amparo de la campaña ‘Generation Next’ (las Spice Girls también anduvieron por ahí) las etiquetas eran conocidas: juventud, rebelión y pensamiento positivo, si bebes Pepsi.

Luego llegaron dos discos más: ‘Boomerang (1999)’ (recuerdo el sonrojante y homónimo primer single) y ‘Prooted’ (2001) pero allí ya no había nadie: ni las burbujas de Pepsi ni el público, ya por entonces enojadísimo cuando el concierto se acababa sin que la banda tocara la cancioncita de marras. La dictadura de la publicidad, nada nuevo bajo el sol. Aquí, los 3 minutos y 21 segundos de fama de Undrop. Y ya es más de lo que tienen algunos.

La elección de Withor

THE BEATLES – LUCY IN THE SKY WITH DIAMONDS

¿Somos los inercios unos herejes de la música? Quizás todavía no. Pero lo acabaremos siendo. Nos señalarán cuando nos vean por las calles, los más osados nos tirarán piedras. Siempre saldremos en las conversaciones de otros, y siempre saldremos escaldados. Seremos enfants terribles, odiados aunque, en el fondo, envidiados. Los demás no querrán hacerse fotos con nosotros, ni darnos la mano si pueden evitarlo. Es el precio que  deberemos  pagar por nuestro gran pecado: tener un blog de música y no hablar de los Beatles.

Ya de pequeño te hablaban de los Beatles y todos añadían la coletilla ‘el mejor grupo de la historia’. Y yo, bien dado a catalogar las cosas que me gustan con afán y cierta exageración, acepto que sea así. Pero da rabia que cualquier cosa nueva que se componga ‘ya lo habían hecho los Beatles’. Los grupos evolucionan, pero los Beatles ‘fueron los primeros’. No hay nada que hacer amigos. Todo está inventado ya. La culpa, a los de Liverpool.

En la Inercia no hablamos a menudo de los Beatles, posiblemente porque no los escuchamos a menudo. Pero no significa que no nos gusten. A mi, de hecho, me encantan. El otro día en mi coche -auténtico bolsillo de Doraemon de CD’s- recuperé el ‘1’, con todos los números 1 que tuvieron los de la media melena. Y señores, temazo tras temazo, dejé un momento el volante y me quité el sombrero-imaginario-, porque la maestria era irrefutable.

¿Debería la Inercia hablar más de los Beatles? Es posible. De momento, una pullita: Lucy in the Sky with Diamonds -una de mis favoritas- nunca fue número 1. Ah, y lo LSD es una leyenda urbana. Según la siempre infalible Wikipedia, el nombre fue tomado de un dibujo del hijo de John Lennon. Dos anécdotas en un párrafo. Nuestra cuota de Beatles semanal ya está cumplida.