Lunes: reunión de redacción para definir las líneas de recomendación. Martes: buceo en archivo personal y visitas a registros históricos. Miércoles: pre-selección de temas y diseño de análisis cuantitativo y cualitativo. Jueves: prueba experimental con un focus group, testeo y vuelta a empezar. Viernes: los inercios les traemos, al fin, tres canciones cuidadosamente seleccionadas para hacerles pasar un rato moderadamente bueno.

La elección de Raúl

MANO NEGRA – SEÑOR MATANZA

En lo ético, una canción protesta de la enésima injusticia en cualquier ciudad de provincias sudamericana. Da igual el problema: corrupción, narcotráfico, miseria, asesinato selectivo, limpieza social, mafias. ¿Ciudad Juárez? También. Consulten la prensa. En lo estético, un rapeado a ritmo de cumbia compleja y rica. Late alguna programación, coros de muchedumbre, un teclado pachanguero, vientos y una cantidad ingente de bailables percusiones, además de un final instrumental. Una coda, como dirían los pedantes.

En lo analítico, la denuncia al Excelentísimo y Muy Honorable Señor Matanza, el tal poder en la sombra que hace y deshace, el tipo que lo controla todo (al sindicato, al general, al obispo) en el régimen del miedo, en un festival de sobornos y trapicheos en pleno Cono Sur, con los Andes de escenario y en cualquier pueblo de cualquier país sumido desde hace lustros (décadas) en pobreza, frustración e impotencia. Y, por qué no, guerras. El pan (o la falta de) de cada día. Consulten la prensa.

En lo histórico, un retazo de ‘Casa Babylon’, disco de referencia de los numerosísimos hispano-franceses Mano Negra, mucho antes de que el cansino Manu Chao se convirtiera en un personaje paródico con un discurso que de repelús. Para más señas, consulten Muchachada Nui.

Mejor me quedo con la discografía de esta banda trilingüe, verbenera y guerrillera, que habla de Zapata, Maradona o Guayaquil pero también de noches de acción y morenas. Vale, son perroflautas, pero tienen matices, suenan divertidos (mezclan rock, reggae o ska) y no abanderan grandes causas.

La elecció de Withor

DOVER – THE HITTER

Pobres Dover. Siempre han sido ninguneados. Indies de nacimiento, criticados por sonar a radiofórmula. Independientes de actitud, criticados por llenar de adoslescentes sus conciertos. Rockeros consumados, criticados por no innovar. Evolucionados a ritmos electrónicos y después africanos, criticados por no haberse quedados quietos, allí en el pleistoceno, y continuar haciendo rock.

Me considero un tipo sociable, pero nunca he sido amigo de las etiquetas. Porque no les veo el sentido, más allá de la obsesión por clasificar todo. Por eso, prefiero no centrarme en el grupo, y hacerlo en su música. Por eso disfruto, más allá de su historia, pose o puesto en las listas de ventas joyas pop como estas, de dos minutos y medio de duración, que entran tan bien como salen, con una base rítmica sólida, un estribillo sencillo pero coreable. Una canción que no pasará a la historia. Pero tampoco lo pretendía.

A veces, tendemos a complicarnos en exceso, a sobreanalizar y olvidar que lo importante son las canciones. Denme todos los the hitter que quiera, que yo los disfrutaré como lo que son: canciones de usar y tirar, para escuchar en según que momentos muy puntuales. Y quédense los demás con las discusiones banales, las críticas destructivas y la actitud negativa. Yo, mientras tanto, seguiré disfrutando de las canciones.

La elección de V the Wanderer

KIRSTEN DUNST – TURNING JAPANESE

Primer implicado: David Fenton, abogado y frontman de la efímera banda de power pop británica The Vapors. ‘Turning Japanese‘ es su one-hit, el tema que dará título a su futuro ‘grandes éxitos’ y aparecerá en mil bandas sonoras. Fenton canta con deje bufonesco a la obsesión post-ruptura, aunque las malas lenguas dijeran que era una metáfora de la masturbación. De lo que no va es de Japón.

Segundo implicado: Murakami Takashi, artista contemporáneo obsesionado con la cultura popular y otaku. Japonés japonófilo, padre del estilo Superflat y referencia perfecta para subir de estatus en círculos gafapastiles. Tiene una estátua de un héroe manga masturbándose.

Tercer implicado: Joseph McGinty Nichol, alias McG, director de ‘Los ángeles de Charlie’ y ‘Terminator Salvation’. Porque alguien tenía que hacer el video.

Cuarta implicada: Kirsten Dunst, actriz que a veces bien (‘Eternal Sunshine…’, ‘Las vírgenes suicidas’) y a veces no (las de Spider-man). Ha cantado para alguna película y jurado que nunca sacará un disco.

Resultado: un videoclip mostrado en la Tate Modern de Londres (galería en la que vimos la ‘mierda de artista’ de Piero Manzoni, por recordar algo). La Dunst en Akihabara, cuna de todos los tópicos del Japón moderno, vestida de Magical Girl versionando a The Vapors con el mismo gancho de la original y algo más de mala leche. Delirio pop absoluto. Ahora, treinta años después, sí habla del país de los samurái y, viendo algunas poses de la Dunst, puede que también de masturbación.