Vaya pollo que se ha montado con las versiones españolas de Nirvana. Primero fue Pitingo, luego Bebe y ahora es Ramoncín el que ha perpetrado deshonrosamente ‘Come as you are’. Arde Internet de insultos y reclamaciones para que el ex presentador del Lingo pida perdón. Él se lo toma a guasa. Admite que la interpretación fue de chiste y apenas estuvo preparada. También dice Keith Richards que nunca se le fue la mano con la heroína. Que siempre controló.  Claro que sí. A lo que íbamos: semana de circo, amiguitos. ¿Que no? Ahí están esos mineros, que van a ser tratados a partir de ahora como estrellas del rock. Un poco de cordura, por favor. No nos desmadremos. Cojan papel y lápiz.

La elección de Raúl

JULIO DE LA ROSA – ENTRESEMANA

Los miércoles son los nuevos viernes, los martes los nuevos jueves (universitarios) y los lunes los nuevos miércoles. Así que salí de francachela para descubrir la magia de la marcha entre semana, y no quedó más remedio que conocer (en el sentido bíblico) a hembra. Fuimos a su casa y casi me pilla el novio en plena expedición furtiva. Tuve que bajar por la ventana, casi en cueros, y ya en la calle me topé con una groupie de resaca. Y volví a caer en la tentación. Sexo triste y suciedad, como se sabe. La madrugada no tiene corazón. Y menos un jodido y sórdido martes.

Basta. Nada de esto pasó. Ni a mí, ni seguramente a Julio de la Rosa, este ex Hombre Burbuja que aquí es un poco Fantasma (#3) al que se le junta la noche con el día, la semana con el fin de semana, el sentimiento con la entrepierna, el placer (de usar y tirar) con el dolor. En su último disco, el calentito ‘La herida universal’, sólo habla de sexo y amor, amor y sexo. Y las fatales consecuencias.

A juzgar por el videoclip en plano secuencia, la fiesta se la monta solo en casa. Mientras baila al compás de un vals en plan ‘take a walk on the wild side’ con el pianito de Abraham Boba, se ducha con la ropa puesta, toca las maracas y bebe pacharán en el baño. O igual es que son las ocho de la mañana y llega a casa ahora, embalado, crecido y ‘buenrollero’. Lástima que a los demás no nos ocurran estas cosas un lunes, un miércoles (ni un sábado). Soy un gris. Ni siquiera cumplí (cumplimos) aquel viejo experimento universitario de llegar de empalme y beodo a un examen, entre semana.

La elección de Withor

HOMBRES G – TE QUIERO

Es curioso esto de la música. A veces pensamos que sabemos más que los demás. Nos situamos por encima de los otros, los miramos por encima del hombro y nos creemos los más guays. En el fondo sabemos que estamos equivocados, pero no nos importa. Es demasiado sencillo y placentero dejarse llevar por la arrogancia.

Luego llegas a casa, estás cansado, cenas con desgana, y antes de irte a dormir fumas un cigarro que no sabe a nada especial y sin saber por qué piensas en una canción de los Hombres G, que hace demasiado tiempo que no escuchas. No entiendes porque te viene a la cabeza, y recuerdas la letra, y te sientes ridículo al recordar. Y aún te acuerdas del ritmo, y no sabes porque pero no se te ha olvidado. Y piensas que es jueves, y todavía estás cansado, pero ya sabes que mañana viernes vas a escribir sobre esa canción.

Y al día siguiente te levantas, y la escuchas. Y te ríes de la letra y piensas que la podría haber escrito un niño de 10 años. Y ya no te apetece tanto escucharla pero no eres capaz de adivinar los motivos. Intentas recordar cuál fue la primera vez que escuchaste la canción, pero no lo consigues. Tampoco la relacionas con un momento especial. Te ries una vez más. Escribes, y no sabes que pasará a continuación. Es curioso esto de la música.

La elección de V the Wanderer

GOLDFINGER – SUPERMAN

Te descubres atrapado por la corriente sin saber a dónde mirar ni qué hacer; todo pasa demasiado rápido y ningún movimiento que hagas parece llevarte en ninguna dirección. De pronto, no basta con seguir a flote.

Si decides fingir y mostrarte fuerte y seguro, pasa al párrafo siguiente. Si decides resignarte y reconocer tu desorientación, ve a la canción del final del texto.

Aquí estás, haciendo todo lo que puedes, envejeciendo y en absoluto más cerca de algo cercano a un sentido. Pretendes ser un supermán, pero la verdad empieza a asomar ya por tus grietas. Te saludan unas alegres trompetas ska-punk, que intentan quitarle hierro al asunto, y una batería revolucionada. Agárrate fuerte, resiste un poco más, tal vez el siguiente salto tenga la respuesta.

‘Superman’ viene disfrazado de himno ska-punk de la mano de una banda vegetariana, pro-derechos animales y con un toque straight edge. Goldfinger tienen la energía y solariega velocidad del género, pero también suenan más melódicos y limpios de lo normal, más trabajados, y sus letras van más allá del ataque al sistema y el teenage angst. Escuchas esta trompetera descarga y te dices que tal vez merezca la pena batallar un poco más, seguir un poco más a flote, aunque no sepas por qué.

Y así, cansado pero con media sonrisa, llegas al final del texto, disparas el tema y te dejas animar. A lo mejor no es tan malo estar perdido.