¿Saben qué día es hoy? Hoy es 3 de febrero. Hoy es mañana. Celébrenlo con estos tres temas de bien.

La elección de V the Wanderer

JOAN BAEZ – PLAISIR D’AMOUR

«Plaisir d’amour ne dure qu’un moment, chagrin d’amour dure toute la vie». O sea, «el placer del amor dura un momento, el dolor del amor dura toda la vida». No se puede decir de forma más clara, directa y sofisticada. Qué francés todo, y qué verdadero.

Y aún así, buscamos ese placer. O, tal vez, vayan a saber, lo que nos atrae es ese dolor. Yo ahora cierro ‘Al sur de la frontera, al oeste del sol’ de Murakami y abro ‘Sputnik, mi amor’: ando encerrado de nuevo en el mundo inconcluso y herido del japonés. Cada uno cae en sus propias trampas, en sus propios placeres y dolores; yo caigo en las mías fingiendo buscar respuestas, alcanzar cierto entendimiento de tot plegat. Sé que no lo haré. Como premio de consolación, escucho este tema contentándome con conocer esos placeres y dolores y poder hallarlos en la voz dulce de Joan Baez. Y de vuelta a las páginas de Murakami.

La elección de Raúl

ANTONIO ARIAS – LAIKA

Érase una vez unos rusos un poco cabrones que, para adelantar a los yanquis en la carrera espacial, recogieron de la calle moscovita a una perra, le pusieron un casco y la metieron en una nave que se llamó Sputnik 2. El chuchico, de tres años y seis kilos, reventó como si le pegaras un guantazo al Bosón de Higgs o como cuando la abuela se despista y mete al gato en el microondas: sobrecalentamiento, estrés y a tomar por culo la bicicleta. Y encima, los soviéticos, pérfidos ellos, escondieron en su momento (1957) el desenlace: que si había muerto por asfixia al fallar no-sé-cuál batería o que había recibido eutanasia tal y como estaba previsto. Y todo eso, entre mentiras oscuras que transpiraban la tensión de la Guerra Fría: aún había quien esperaba que el can descendiera del cosmos un día, sano, salvo y tan campante, en paracaídas. Sólo en 2002, un científico que estaba en el cotarro confesó: Laika murió unas cinco horas después del lanzamiento, mientras comía y le bajaba la frecuencia cardiaca, víctima de la presión, ladrando de frenesí por convertirse en el primer ser vivo terrestre en orbitar la Tierra.

Érase una vez un compositor muy bueno de Granada, Antonio Arias se llamaba, que musicó 12 poemas escritos por científicos para celebrar el año internacional de la astronomía. Y tan lanzado estaba que se fue a grabarlos a un observatorio y allí se acordó de Kudryavka, que así se dice Laika en ruso, y para cantar el tema llamó a J, de Los Planetas, y así completó la cuadratura del círculo sideral. La experiencia místico-tecnológica alumbró el discazo ‘Multiverso’, suave y etéreo. Y colorín colorado, el cuentito espacial se ha terminado, que aún me pongo a hacer una ecuación de segundo grado y encuentro a Dios.

 

La elección de Withor

MELÓN DIESEL – IT’S ONLY YOU

Lo tenían todo para dar rabia. Eran de Gibraltar, y estaban orgullosos de ello. Con dos balls!!! El cantante, de cuyo nombre no quiero acordarme, no se quitaba el chandal-adidas-mercadillo ni para salir en la televisión. Iban con la actitud de ‘somos los putos amos, pero intentamos que no lo parezca, y fracasamos en el intento, cosa que no nos importa’. Y lo peor de todo: eran de Gibraltar, y estaban orgullosos de ello.

Los Melón Diesel aparecieron en nuestras vidas tan rápido como se marcharon para no volver. Tuvieron sus días de gloria, su pequeña fama a cuentagotas, su número 1 en los 40 principales, alguna chica se follarían bajo el argumento: ¿No sabes quién soy yo? No faltaron tampoco los reportajes sobre Gibraltar aprovechando su procedencia. Ni tampoco las entrevistas. Y en ellas, siempre, la misma pregunta: ¿Por qué decidisteis cantar en castellano en vez del inglés?

Y ese, precisamente, fue el detonante de su separación. Unos preferían cantar en castellano y otros en inglés. Hostias fueron repartidas. Y el grupo, desapareció. Puede que Melón Diesel fuese sólo una metáfora de lo que es la vida en el peñón. O quizás la separación fue simplemente por motivos comerciales. En todo caso ahí están, ahora, en dos grupos ridículos de nombres aún más ridículos. Su momento de gloria ya ha pasado. Son de Gibraltar, y todos sabíamos que la broma no podía durar demasiado.