Serra sigue en el estudio y eso sólo puede significar una cosa: se enfrentan ustedes a 70 minutos de desmadre, nonsequiturs y sindiós general. Un sindiós, sin embargo, cargado de recitales improvisados, traducciones horribles de portadas de videojuegos, discos metaleros de actores nonagenarios, dietas aberrantes, actores porno con música de mierda y el premio Comunicación Bien más valiente que hemos dado hasta ahora.