Tres canciones, 254. La elección de Withor:

ANICET – EL ÚLTIMO MATE DE QUIQUE VILLALOBOS

El diario Marca jamás ha sido un devoto seguidor de la buena praxis periodística. Y nunca ha dejado que el código deontológico del periodista le estropee un buen titular. El punto rebelde, de pasarse las normas más básicas por el forro, siempre ha estado ahí. Ejemplos habrá miles, aunque yo recuerdo algunos con especial cariño: ‘Agüero marcó kun la mano’, ‘Palizowsky’, ‘Mourinho provoca el orgasmou’, ‘Estás despedido, Manolo’…

Sin embargo, en los últimos meses, el Marca (en su edición digital) ha ido un paso más allá iniciando la que para mí es la última revolución periodística. Consiste en escribir titulares extraños, muchas veces incomprensibles, que no proporcionan información y que exaltan la anécdota hasta límites insospechados en las noticias relacionadas con los partidos de baloncesto, especialmente aquellos de la NBA. Todo empezó en verano, y la tesis más probable es que este rompedor movimiento lo iniciasen unos becarios (seguramente a raíz de un «¡No hay huevos!») y a los mandamases de Marca les hiciese gracia y decidiesen continuarlo. Pero la broma se les ha ido de las manos.

chichooooo

Algunas de las características más habituales de este neoperiodismo son:

-La anécdota, lo más importante: Es la base sobre la que se sustenta este formato periodístico. Se eleva la anécdota a la categoría de noticia. Da igual que un jugador haya hecho un partido soberbio. Si en ese mismo encuentro un compañero suyo intentaba hacer un mate y se resbala (por decir algo), el titular se centrará en ello. La sublimación de la anécdota (algo, por otra parte, cada vez más común en el indigno periodismo deportivo moderno) como centro de todas las cosas.

-Nula información: Se da la circunstancia (por el punto anteriormente citado) de que puedes leer un titular de Marca y no saber ya no quién ha ganado, sino quién ha jugado. A veces, de hecho, ni siquiera lo aclaran en el antetítulo o subtítulo, de manera que tienes que entrar a la noticia y llegar hasta la entradilla para enterarte de algo. Si se puede hacer un juego de palabras, apostar por un doble sentido o tirar de chascarrillos picantes, ¿para qué informar? Ejemplos (de los dos últimos puntos): ‘Ibaka sufre el efecto Gay’; ‘Roturas de caderas al estillo callejero en una noche de locura’; ‘El club de los metedores fieles’; ‘Del funeral a la fiesta de Invictus y la sublevación triunfal de La Ceja’; ‘El milagro de la Roserrection’; ‘Ibaka sufre la exhumacion del enterrador de la NBA’; ‘Prince ya es el nuevo Gay de Marc’.

-Españolización: Es normal que un periódico español dedique una especial atención a los jugadores patrios. Pero lo que no tiene demasiada lógica es que estos sigan siendo el centro de la noticia aunque no jueguen. También es habitual encumbrarlos de manera desmedida, hablando de ellos como auténticos héroes cuando en realidad no han hecho prácticamente nada. De ahí a la mentira hay un pequeño paso. Ejemplos: ‘Destellos del ÑBA Ibaka y del Magic Maño en la vuelta a casa de Durant’; ‘La némesis NBA de Ricky anula la bacanal de tiro del ÑBA Ibaka’; ‘Ricky machaca a tabla junto al saltimbanqui con 117 centímetros de salto vertical’; ‘Y el Rickycesto engendró al nuevo Mesías de la NBA’; ‘Claver explota en Portland y derriba las puertas de la NBA con 13 puntos’.

-Sobrenombres sin sentido: Este punto es de locos. Un sobrenombre debería ser algo compartido por todos para ser reconocido. Sin embargo, el Marca se saca ‘motes’ de la chistera (basados, como no, en alguna anécdota) y ya los da por sentados para toda la vida. Es decir, el diario utiliza de manera fija un sobrenombre (sin especificar a qué jugador se refiere) pese a que nadie en todo el universo baloncestístico lo conoce. Ejemplos: ‘El Don Juan Ilegal y el El Levitador de Ricky se retan’; ‘El Picasso de la NBA volvió a sorprender en las alturas’; ‘La Profecía de la Ceja dominante’; ‘La Iguana sublima el arte de volar ante el traidor culé’; ‘Ironman Gasol es Mr. Eficacia’;

-Construcciones imposibles, lenguaje bizarro: A los redactores de Marca les gusta jugar con el lenguaje, pero también con la sintaxis. De esta manera, acaban creando frases muy extrañas, que bordean la locura y son prácticamente imposibles (y algunas de ellas, por cierto, sintácticamente erróneas). La demencia es tal que a veces acaban creando algunas estructuras cuasi literarias que nunca antes se habían visto en el periodismo deportivo. Ejemplos: ‘El Otro LeBron se venga con el burreo callejero del curso en la NBA’; ‘La mano rota de Robin López proyecta un rayo de luz a Claver en su annus horribilis’; ‘Calderón ya es el timonel de un pecio’; ‘El brillo Real de la supernova que podría catapultar a Marc al anillo’; ‘¿Reinsertado el volatil Hombre del Saco en su redención particular?’; ‘Puntoberfest culé: 60 al descanso’; ‘El milagro agónico del soplaorejas preferido por Jordan’; ‘Valencia apuntala su proyecto con el ex NBA Harangody: el irlandés peleón que fue leyenda’; ‘Rickycesto preventivo express a lo magic johnson para el Mesías’.

¿Mi opinión al respecto? Es cierto que es antiperiodismo, pero reconozco que a veces no me queda más remedio que mirarlo con buenos ojos, ya que es tal el desmadre que se me hace imposible no esbozar una sonrisa. Como dijo un forero de la ACB (lugar en el que este asunto es la comidilla diaria), «algunos titulares podrían servir también para titular algún cuento de Cortázar». Poca broma.

@Adriwithor