Garrapata (Deriva de caparra, de origen prerromano).

1. f. Ácaro de forma ovalada, de cuatro a seis milímetros de largo, con las patas terminadas en dos uñas mediante las cuales se agarra al cuerpo de ciertos mamíferos para chuparles la sangre, que suele ingerir en tal cantidad que su cuerpo llega a hacerse casi esférico.

2. f. coloq. Mil. En los regimientos de caballería, caballo inútil.

3. f. coloq. Mil. Tropa que cuida y conduce las garrapatas (caballos inútiles).

4. m. coloq. Arthur Garfunkel

Algún día, los garrapatas dominarán el mundo, si es que no lo hacen ya. Como los chorros argentinos de Nueve Reinas, están ahí, pero no los ves. Fluctúan entre nosotros. Se arremolinan a nuestro alrededor. Son pacientes. Saben esperar su momento. Y entonces, como los mosquitos cuando se detecta su presencia, es demasiado tarde: ya nos han clavado sus sucias garras, y se han apropiado de nuestra sangre.

Garrapatas hay de muchos tipos. Los hay estúpidos, pero también inteligentes; guapos y feos; tímidos y extrovertidos; algunos tienen iniciativa para garrapatear, otros prefieren dejarse mecer por el viento para acabar garrapateando. Incluso existen algunos garrapatas que pasarán a la historia por su ilimitada voracidad sanguínea.

Dejemos volar la imaginación, y pensemos cómo sería un grupo formado sólo por garrapatas. Podrían ser otros, pero estos son los elegidos. ¿Género musical? Cualquiera que sea susceptible de ser copiado. ¿Letras? Sólo aquellas que ya estén escritas. ¿Ensayos? ¡Por supuesto que no! ¿Talento? Eso ya lo tienen otros. ¿Cobrar? Eso sí…

¿Nombre? Por ejemplo, Art Garfunkel & the Garrapatas. Estos son sus chupópteros miembros. Y esta es su historia.

Art Garfunkel & the Garrapatas

-A la batería… Ringo Starr (garrapata nivel 5)

No lo hagas Ringo… en otra vida tendrás más talento

De no ser por John, Paul y George, Ringo se habría ganado la vida como portuario en su Liverpool natal, sirviendo pintas en algún pub o por qué no, que la vida da muchas vueltas, como chapero. Pero no. Tuvo la suerte de toparse con tres tíos con un talento que él no podría ni soñar y formar así parte de la mejor banda de la historia – o eso dicen-. En los últimos tiempos ha aparecido una corriente para reivindicarlo como músico, pero no nos engañemos… nunca nadie estuvo en el lugar indicado en el momento preciso como él. Tú también podrías haber sido Ringo Starr. Quizás en otra vida.

-Al bajo… Karl Marx (garrapata nivel 6)

Sin duda tiene pinta de bajista… de los ZZ Top

Cuenta una leyenda prusiana que el bueno de Friedrich Engels se revuelve en su tumba cada vez que algún niño aprende en la escuela que Karl Marx es la única cabeza pensante del movimiento conocido -injustamente- como marxismo. No negaremos que Marx puso mucho de su parte, pero… ¿y el pobre Engels? ¿Por qué nadie se acuerda de Engels? ¿Por qué Marx no intentó que Engels figurara a su lado, en lo alto, en el encabezamiento, cabeza con cabeza, en los libros de historia y filosofía? Un dato aterrador: la gran obra de Karl Marx, ‘El Capital’, está compuesta por cuatro tomos, de los cuales sólo uno escribió Marx. Los otros tres se los curró Engels a partir de las notas que había dejado el barbas, pero ampliando y poniendo parte de su conocimiento. A partir de ahora, ya saben, el marxismo es historia. Denle la bienvenida, por una vida más justa, al marxengelismo.

-A la guitarra… Steve Jobs (garrapata nivel 9)

Steve Jobs: ‘Esto es un iPad, y no lo he inventado yo’

Steve Jobs ya está en el hoyo porque creyó que las peras y las acelgas tenían partículas que mataban los tumores mejor que los rayos láser del quirófano. Para ser un genio revolucionario idolatrado –sus fans deberían reconocer que hasta extremos que rozan el ridículo-, no creía demasiado en la ciencia. En todo caso, lo que Jobs hacía muy bien era atribuirse el mérito de otros, especialmente del pobre Stephen Wozniak, el creador del primer ordenador personal del mundo. Algo parecido a lo que pasó con el iPhone o el iPad. Entonces… ¿por qué todo el mundo atribuye a Jobs la cualidad de creador cuando en realidad destacaba en la promoción? Cuenta la leyenda que un día Jobs entró en el laboratorio de inventos de Apple y dijo ‘Quiero un teléfono móvil que sólo tenga un botón’. Un tiempo después, el equipo que él ni lideraba ni dirigía lo logró. Y el día de la presentación, allí estaba Jobs, sin nadie más, todos los focos centrados en su persona. No sé en el suyo. Pero en mi barrio, eso se conoce como garrapata inmunda.

-A la trompeta… Marcel Granollers (garrapata nivel 8,5)

Y por si fuera poco, es del Espanyol

Roger Federer o Novak Djokovic se retirarán sin haber ganado una Copa Davis mientras Marcel Granollers, en el sofá más cómodo de su casa, se los rasca a dos manos con sus dos trofeos a cada lado. Jugador del montón, consciente de que nunca llegará a nada debido a su -falta de- calidad, por alguna extraña razón ha sido convocado para dos finales del trofeo por equipos más importante del planeta en las cuales, como es obvio, no llegó ni a quitarse el chándal. Eso sí, no se olvidó de entregar sus datos bancarios para recibir la prima correspondiente gracias a la victoria que consiguieron, derramando sudor, sus compañeros. Estos no son, precisamente, los valores que un deportista de primer nivel debería representar.

-A los teclados… Thomas Alva Edison (garrapata nivel 9)

Inserte su insulto favorito aquí

Olvidad lo que os explicaron en el colegio. Thomas Alva Edison era entre un poco y bastante hijo de puta. Partamos de esa base: el supuestamente mayor inventor de la historia de la humanidad era en realidad un jeta, como tu vecino el del cuarto. No sólo robaba ideas (¿Tesla al aparato?) sino que se atribuía como propios inventos que desarrollaban sus trabajadores en las fábricas que él poseía. Ladrón y, además, explotador. Y la comunidad científica, con la boca cerrada, mirando hacía otro lado. Pero nosotros haremos justicia y le otorgaremos de manera póstuma y ya para siempre el título de ‘Garrapatón’. Se lo ha ganado con creces.

A los coros… George Lucas y J.J. Abrams (garrapatas nivel 8,5)

Por aquellas casualidades de la vida, había un montaje en google
de Lucas y JJ y así no he tenido que hacerlo yo

George Lucas es Star Wars y Star Wars es George Lucas. Mis cojones. ¿Y si les digo que las películas buenas, gracias a las cuales la franquicia empezó a ser un mito histórico, no fueron idea suya? Irvin Kershner y Richard Marquand dirigieron el segundo y tercer film cronológicamente hablando respectivamente, y el guión de ambos fue obra de Lawrence Kasdan. ¿Y la primera? Sí, Lucas aparece como guionista y director, pero parece ser que en realidad quien se encargó de todo –y cuando decimos todo nos referimos al global del trabajo, al absoluto- fue un tal Gary Kurtz, que en los papeles figuraba sólo como productor. Además, muchas de las ideas de las tres primeras pelis no fueron suyas, como los robots chatarreros. Eso sí, las tres últimas, las que todo el mundo considera bazofia -lo son-, sí que tienen el sello 100% Lucas, Jar-Jar incluido. Y ahora, ¿todavía lo consideran un genio?

Respecto a J.J., pasará a la historia como el creador de Lost. Una serie de unos 90 capítulos, de los cuales JJ escribió la friolera de… 2. Ni los números, ni la isla rotante, ni el Señor EKO, ni Jacob, ni todas las cosas que nos provocaron una erección en Lost surgieron de sus neuronas. Pero quien pasará a la historia será él. Y tú… no lo harás.

Y la voz inconfundible de… Arthur Ira Garfunkel (garrapata nivel 10)

Garfunkel, poniéndose las botas. Es decir, su estado habitual.

Y ya tenemos aquí al mayor chupóptero que hayan visto vuestros ojos, el auténtico dios en el dudoso pero noble arte de aprovecharse del trabajo y talento de los demás. Mientras el pobre Paul Simon no podía dormir pensando en el giro artístico que debía dar ‘Simon and Garfunkel’ para continuar en la ola, el cabrón de Garfunkel estaba jugando al poker con los amigos, copa de whisky y habano de primera de primera clase –cubano obviamente- en mano. Mientras Simon se atormentaba hasta derramar lágrimas porque era incapaz de acabar la letra de una canción, Garfunkel rechazaba follarse a una top-model en Ibiza porque ese día ya se había trincado a tres. Cuando Simon por fin tenía la gran idea que iba a revolucionar su grupo, el otro miembro, el jeta de Garfunkel, estaba a miles de quilómetros de distancia, viendo un partido de fútbol.

Y ahora que el tiempo ha pasado… ¿el destino ha premiado a uno y castigado a otro por sus respectivos actos? No. Paul Simon se lo sigue currando, intentando mantener el nivel creativo del que otrora hacía gala, pero sus discos ya no interesan a casi nadie, y en los conciertos el público le pide las canciones que él compuso hace décadas, y que en su mayoría cantaba con su compañero. Mientras tanto, en esos mismos instantes, a Garfunkel le pagan un millón de dólares por cantar canciones que jamás ha compuesto. Es de noche, en un yate anclado en Mónaco, y todo el mundo le idolatra. ¿Qué tal está Simon?, le pregunta algún fan despistado. Bien supongo, no sé, hace tiempo que no hablo con él, contesta, mientras da un sorbo a su whisky irlandés. En realidad, prosigue, tampoco me importa demasiado. Aunque cante sus canciones, no me llevo demasiado bien con él. Se acaba el vaso, y pide otro whisky.

Querido Garfunkel, te lo has ganado a pulso. Eres el auténtico Rey de los Garrapatas.

Withor