El castellano tiene unos cincuenta millones más de hablantes que el inglés, y esa diferencia se multiplica por siete si lo comparamos con el francés. Una superioridad tan incontestable como poco relevante en el terreno musical, donde la lengua favorita de Trump sigue siendo la reina de la función. El número de reproducciones de Spotify o Youtube no miente (¡y demos gracias a ‘Despacito’!). Si nos adentramos en el universo de las versiones, que para eso estamos aquí, la realidad es aún más dura para el idioma por el que Pérez-Reverte estaría dispuesto a morir.

La cantidad de adaptaciones que existen de temas en una y otra lengua es tan desigual que parece ficticia, ya que casi cualquier canción en inglés con un mínimo de popularidad tiene al menos una versión en castellano, mientras que son muy pocos los éxitos en español que pueden presumir de haber inspirado un cover en inglés. Si se analiza el cuadro desde un punto de vista más amplio, la realidad es que incluso dejando de lado a los anglosajones la música en castellano no ha sido una fuente de inspiración significativa para los creadores foráneos.

En todo caso, ¿a qué se debe esta desproporción? Ciñéndonos al inglés, que es la referencia y marca el tempo en el sector, hay varios motivos que me parecen indispensables: la música en inglés tiene una difusión gigantesca y se escucha en todos los rincones del planeta, ni en España ni en América Latina existe una industria con la fuerza suficiente como para exportar artistas a otros territorios y, por qué no decirlo, y aunque generalizar es injusto, se debe remarcar que el chauvinismo lingüístico está muy presente entre los angloparlantes, a los que en líneas generales les cuesta acercarse a obras culturales que no estén en su idioma, por no decir que en muchos casos todo aquello que no esté en inglés no existe para ellos.

Existen pocas versiones foráneas de canciones en castellano, y la mayoría de ellas han pasado desapercibidas. Vamos a hacer justicia y reivindicar cinco temazos que merecen su minuto de gloria:

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Vive la fête – ‘Por qué te vas’

La vida está llena de sorpresas, pero ninguna de ellas puede igualarse al hecho de que un exitoso grupo de electropop belga haya versionado una canción del cantautor (y electricista) conquense José Luis Perales. Vive la fête actualizan el clásico de Jeanette cuatro décadas después, y demuestran que combinar electrónica y melancolía no es ninguna locura.

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Saint Etienne – ‘La la la’

‘La la la’ es una de las canciones españolas que cuenta con más adaptaciones foráneas, y me da en la nariz que ganar Eurovisión tiene algo que ver. Siempre me ha gustado y no he conocido versión que le haga sombra, si bien  reconozco que la de Saint Etienne es excelente y consigue que olvide por un momento que ese estribillo no tiene la misma chispa sin la voz de Massiel.

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The Tremeloes – ‘Once on a sunday morning’

Vaya usted a saber la concatenación de sucesos que se produjeron para que The Tremeloes, un grupo inglés que un día derrotó a The Beatles, decidiese que ‘Cuando salí de Cuba‘ de Luis Aguilé merecía ser versionada. Nunca descubriremos qué sucedió, así que ciñámonos a lo importante: ‘Once on a sunday morning’ es exquisita. Y lo que hicieron con ‘Un rayo de sol‘ es para aplaudir hasta que nos duelan las manos.

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The Mockers – ‘The emperor strikes out’

The Mockers es el grupo extranjero que más ha bebido de la música contemporánea española. Nunca lo han disimulado: uno de sus discos se titula ‘Smells like Spain’ y hacen giras con frecuencia por nuestro país. Estos cachondos americanos de Virginia han adaptado dos de nuestros hitos: ‘Eres tú‘ de Mocedades y ‘Déjame‘ de Los Secretos. Pero la mejor es ‘The emperor strikes out’, una revisión de la oda carpetovetónica ‘El imperio contraataca’ de Los Nikis en la que meten caña a Bush por su política exterior y también se acuerdan de su compañero de rancho Aznar. Los Ramones de Algete nunca habían sido tan internacionales.

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Roberta Flack – ‘Angelitos negros’

Menuda genialidad se sacó de la manga Roberta Flack con este cover de ‘Angelitos negros’, el alegato antirracista que tan popular hizo Antonio Machín. La gran Roberta, pese a su castellano macarrónico, transforma la tibieza de la original en una mezcla de oscuridad, rabia y pasión. Esta ‘Angelitos negros’ es tenebrosa, casi onírica, siete minutos de desconcierto, banda sonora ideal para una película de David Lynch.

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No puedo acabar sin mencionar que existen covers en inglés de canciones españolas que jamás pensamos que traspasarían nuestras fronteras como ’20 de abril’ de Celtas Cortos (a cargo de Oysterband), ‘Eres tú’ (¡otra vez!) de Mocedades (Wheeler St James) o, atención, ‘La chica ye ye’ de Concha Velasco (Zoe &  The Stormies).

Podéis leer los capítulos anteriores de la serie (Per)Versiones musicales clicando aquí.