Si escogiéramos un puñado de videojuegos al azar de diferentes épocas, probablemente la mayoría tratarían de una manera u otra la llamada del héroe, del elegido. De ese gran montón, algunos pocos tocarían con pinzas el abandono del hogar (y como poco, para salvar el mundo). Al volver de mi breve estancia en Canadá, mi cabeza no podía parar de dar vueltas a ese tema: ¿Cuántos videojuegos han tratado esa sensación de despedida en un contexto terrenal, alejándose de esas hipérboles extremas? El número escasea. Si algo han demostrado los walking simulators de los últimos años, es que la necesidad de divertir que tiene la industria restringe no solo los temas que se tratan, sino también el enfoque que adoptan y el tiempo que le pueden dedicar a desarrollarlos. Por esa razón, jugar a Leaving Lyndow es tan placentero.

Leaving Lyndow (Eastshade Studios LLC, 2017)

PC, Mac, PlayStation 4

40 minutos

leaving lyndow

La obra de Eastshade es bien sencilla: Clara, una estudiante interesada en la investigación científica y la exploración, ha recibido la aprobación para continuar sus estudios en otro lugar. Ella se encuentra en Lyndow, una isla en donde ha estado viviendo junto a su familia toda su vida. El jugador toma el control de Clara en su último día, antes de partir; esas últimas horas de alegría, tristeza y reflexión en las que tiene que preparar la maleta, despedirse de su gente y recorrer, por última vez, aquellos lugares cargados de historias.

La experiencia consiste en explorar varios espacios del pueblo (nuestra propia casa, la cafetería, la granja de nuestro tío, el bosque y, finalmente, el puerto) mientras interactuamos con personajes y objetos que nos proporcionan algo de información y background acerca de nuestro personaje, o que simplemente nos invitan a reflexionar. El juego induce a la exploración con calma, gracias al estilo visual hiper detallado, la banda sonora orquestada y la velocidad de nuestro avatar. El tiempo que permanecemos en las zonas, pese a que hay que completar ciertos nodos obligatorios, depende en gran parte del propio jugador. De igual manera, no existe un orden preestablecido. El desarrollador ha declarado abiertamente que se trata de un título diseñado para ser completado en una sola sentada, y no puedo estar más de acuerdo.

Leaving Lyndow no es ambicioso, y por eso mismo se agradece. No abandonamos la zona de confort para salvar el mundo, vengar a nuestra familia o combatir un virus; de hecho, ni siquiera importa la razón. Desarrollando tan solo la fase que la mayoría de videojuegos suprimen o reducen a una cinemática para llevarnos directamente a las tortas, Leaving Lyndow consigue desmarcarse y transmitir, humanamente, qué significa abandonar el hogar y dejar atrás a todas esas personas y lugares que nos han convertido en lo que somos. Ni más, ni menos. Y lo consigue en poco más de 30 minutos sin necesidad de recurrir a las lágrimas.