Como ya es costumbre de la casa en cada cambio estacional, desde el mes pasado venimos consultando la relación de nuevos estrenos de anime para la temporada otoño/invierno. Entre algún que otro show competente (recomendamos, por lo pronto, The Perfect Insider y Concrete Revolutio), encontramos un sospechoso largometraje llamado The Laws of Universe Part 0. A cuadros nos quedamos al leer la sinopsis y descubrir que está además producido por una secta religiosa japonesa, la polémica Happy Science. Después de este doble check de sordidez únicamente quedaba proceder al visionado de la película. Sin embargo, ante la imposibilidad de asistir al estreno mundial del filme del pasado 10 de octubre en Japón, gratamente sorprendiome encontrar por los mares otro filme animado producido por la secta y que ya sin más dilación nos disponemos a comentar: The Mystical Laws (Shinpi no hō, I. Imakake, 2012).

01_Mysytcal_Laws Sí, amigos, sólo el poster ya nos aporta los ingredientes indispensables de ese subgénero incomprendido que es el filme apocalíptico sectario. Arriba, la esfera terrestre vista desde el espacio. En el centro, un protagonista anodino que representa las esperanzas de una humanidad que vive en pecado. A la izquierda, un villano exótico enmascarado y con un nombre para el recuerdo: Tathagata Killer.

Killer y su imperio Godom amenazan con subyugar a todas las democracias del planeta gracias a una tecnología militar extraterrestre. En la mermada resistencia, Shō Shishimaru, un comprometido doctor con el don de la premonición comienza a tener visiones que son verdaderas God parades por el prolífico desfile de deidades de todas las religiones, de entre las que destaca Buddha, del que al parecer Shishimaru es su reencarnación.

Ser la reencarnación de Buddha es curiosamente un rasgo que el protagonista de este panfletillo comparte con su creador, productor ejecutivo y líder de Happy Science, Ryuho Okawa (por favor, tomaos unos segundos en deleitaros con su perfecta dicción en inglés). Muy sucintamente pasamos a resumir los valores de Happy Science, una secta que defiende la unificación de buena parte de las deidades del mundo en un único ser superior: El Cantare (oh, oh, oh, oh). El bueno de Okawa se retiró en los 80 de su prometedora carrera en la banca para divulgar los principios para alcanzar la felicidad. Algo que él manifiesta ser pese a tener comunicación directa con los “espíritus guardianes” de peña buena como Mitt Romney, Rick Santorum o “el ángel de la luz” Margaret Thatcher.

02_ROkawaRyuho Okawa, líder espiritual (y CEO) de Happy Science que está pidiendo a gritos un biopic dirigido por Wes Anderson feat. Álvaro Pombo.

Aunque no es ni la primera vez que todo el rosario de cultos y religiones alternativas de Japón se arriman al anime para popularizar su credo (el mejor ejemplo tal vez sea las muy divulgadas adaptaciones animadas de las enseñanzas de Aum Shinrikyo, culto responsable de los ataques con gas sarín en el metro de Tokio en 1995), el caso de Happy Science no deja de ser curioso por haber parido producciones de entidad, bien respaldadas desde su financiación.

Enfrentarse a una película producida por una secta conociendo unos breves apuntes sobre su ideario no es que te predisponga precisamente a dejarte llevar. Con el martillo de la filosofía de la sospecha en la mano hemos detectado una serie de tres puntos por los que no pasamos y que encajan con los principios más rancios de Happy Science:

  • Se le ve el plumero nacionalista. El brazo político de Happy Science niega crímenes de guerra como la masacre de Nanking, cometidos en las invasiones del imperio japonés en el continente asiático durante la Segunda Guerra Mundial. En la película se mantiene una postura promilitarista, abogando por abolir el famoso Artículo 9 de la constitución japonesa que impide la creación de un ejército nacional japonés más allá de las ya famosas Fuerzas de Autodefensa. Además, caracteriza a los gobernantes japoneses como auténticos imbéciles (aunque en esto no discrepamos del todo).

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¿Y la europea?”

  • Sutileza y savoir faire en la representación de su anticomunismo militante. El enemigo no es más que una regulera fusión entre China y Corea del Norte, equipada eso sí con accesorios nazis para hacernos comprender lo muy malotes que son. Las esvásticas, pero sobre todo los peinados hitlerianos de los esbirros asiáticos de Killer provocan únicamente risa al dar la sensación de contar con todo un ejército de PSYs.

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Oppa Gangnam style

  • Neoliberalismo panfletario FTW. En una secuencieta de montaje planificada para dañar cerebros se cita a Marx, Darwin y Nietzsche para acto seguido afirmar que “alejaron a la humanidad de la religión”. Por si fuera poco, asocian sus obras a intereses económicos malsanos. Todo con pruebas fehacientes. Muchas, por aquí las debo de tener…

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Das Kapital y el buenazo de Shishimaru

A nuestro juicio, el empaque de The Mystical Laws no es del todo malo —al nivel de medianías recientes como Sword of the Stranger (M. Ando, Bones, 2007)—, especialmente por contar con una dirección de arte conseguida. No así la animación de personajes profundamente deficiente que acompaña a un CGI al nivel del anime estándar. Es decir, crappy as fuck, como bien podemos apreciar en la batalla final. Para nuestra estupefacción, The Mystical Laws fue presentada a Mejor película de animación de los Oscar 2013 (el año de Brave) junto a la siempre recomendable película de Miyazaki (hijo) La colina de las amapolas como únicas representantes de la animación japonesa en ese año.

Después de The Mystical Laws no podemos aguantarnos las ganas de echarle el guante a la siguiente entrega de la visión del mundo de Happy Science. En esta próxima película, además del cóctel de neoliberalismo y Marie Brizard de la anterior, parece que el argumento principal a va a ser uno de los temas esbozados en el filme: los extraterrestres y la abducciones (de terrestres). Bienvenidos a la nave del misterio.

@Anlololo