La Inercia ha tenido acceso a los documentos de Wikileaks (para gente sin complejos) que están azotando la geopolítica y la gimnasia rítmica mundial. Al parecer, el embajador español en Estados Unidos de las Américas recomendó a la administración Obama una canción que ponía en jaque a todo occidente, el ministro de Exteriores de Cornudella de Montsant hizo lo mismo con un temita que criticaba a los países emergentes y el delantero centro del Departamento de Estado de Inglaterra retó a la OTAN con una versión pro-comunista. Adjuntamos aquí estos tres cables súpersecretos y ultraconfidenciales, de aquellos de que nos cortan la cabeza si se entera alguien. Estamos contigo, Assange. Nos gusta tu filosofía de desafío al mundo: si se rompe el condón, seguimos follando. Eso sí que sería una filtración.

La elección de Raúl

THE MUTATO MUZIKA ORCHESTRA – HEY JUDE

Una de mis canciones favoritas de los Beatles adaptada al medio cine y al fastuoso despliegue de esta orquesta clásica fundada en 1989 en Estados Unidos. Así arranca Los Tenenbaums (la BSO va de los Ramones a Paul Simon), recapitulando infancias y traiciones, presentando en seis minutos a los personajes, retratándolos a golpes de un pasado familiar tan turbio como cómico. La letra metacancionil y de rescate emocional escrita por Lennon y McCartney desaparece y deja paso a cellos, violines, vientos, pianos, guitarras acústicas y cristalinos arpegios que suenan a clavicordios. Sólo el coro final, tan universal y reconocible, añade voz a este instrumental, trompeta mediante.

Hay intrahistoria: el director, Wes Anderson, quiso empezar su película con la original, pero George Harrison, quien debía autorizar el uso de la canción, se murió mientras tanto. Elliot Murphy fue la segunda opción, pero entre las drogas y la depresión, abandonó el proyecto, que cayó en manos de Mark Mothersbaugh, líder de Mutato Muzika. Este compositor, ducho en música de series y videojuegos, además de escudero de Anderson, le metió mano con su banda a esta versión sinfónica, rica, que progresa amable y preciosista hasta estallar en uno de los vocativos más famosos de la música popular. A mí me relaja, me inspira ternura, me hace tremendamente feliz.

La elección de V the Wanderer

NANCY SINATRA & LEE HAZLEWOOD – SUMMER WINE

Lee Hazlewood está ahí, paseando lánguidamente con su bigotillo y sus botas, en los posos de casi todas las cosas que hoy nos provocan palotismo indiefolk. El bueno de Lee, cowboy en Suecia, versión gusiluz de Townes Van Zandt. A la Sinatra le produjo media discografía y cero orgasmos, afirmaba, pese a los rumores. Tonto él. Como decía, gusiluz.

Nancy Sinatra era una especie de Barbarella cantante, más feúna que Jane Fonda pero con el mismo estilazo. Girl power antes del girl power, botas altas (made for walking) y minivestidos, puro mito erótico. También cantaba bien y tenía personalidad, pese (¿o gracias?) a vivir al amparo de dos nombres como Frank y Lee. Seguro que también podría haber reventado el Orgasmatrón.

De entre todos sus temas a medias (¡ay, los duetos!) me quedo con este ‘Summer Wine’, que parece recoger todos los matices de ambos personajes, que exuda melancolía y peligrosidad, tentación, adicción y vicio, tristeza y anhelo. Gusiluz y Barbarella.

La elección de Withor

JOSELE SANTIAGO -CON LAS MANOS VACÍAS

Esta noche, el gran Josele Santiago toca en el Cau, garito de Tarragona para aquellos que no lo sepan. Curioso. Un histórico del rock español, en su momento dando conciertos para miles de personas, metido en un escenario de 2×2 ante la peor acústica que posiblemente se haya encontrado en su carrera como artista. Y eso es mucho decir, para un hombre de bar. Es el precio que Josele tiene que pagar por dar preferencia a sus inquietudes artísticas antes que a lo que el público esperaba de él y de su carrera (aunque a otros, como Fito, sí que les salió bien el cambio…).

Recuerdo cuando hace ya unos añitos vi a Josele en directo, también en Tarragona. Su actuación me estaba gustando, pero todo cambió cuando interpretó ‘Con las manos vacías’ (versión, por cierto, de la immortal Chavela Vargas). Pocas interpretaciones he visto como la de Josele. Descamisado, con algunos pelos asomando en su pecho, cara desgarrada y esa voz, quizás no la mejor, pero sí la más impactante del rock español. La guitarra llora, el contrabajo se deja de escuchar mientras Josele grita aquella frase que desde aquel momento forma parte de mi vida: ‘Y ponerme a gritar, que el amor es mentira, y nos deja al final, con las manos vacías’. Un lamento en la voz de Chavela que se transforma en grito a la rebelión en la voz de Josele. Una buena forma de hacerse suya una canción que no lo era, y adueñársela para siempre jamás. Un grito de desesperación y rabia a la vez que nos hace recordar a todos los mortales que el amor no es en realidad tan bonito como se dibuja en las canciones que hoy en día se escuchan en la radio.