La gerontóloga Karen Weatherby recomienda mirar tetas cada día durante, al menos, diez minutos. Mejora el riego y reduce a la mitad el riesgo de sufrir un infarto, amén de prolongar la vida hasta cinco años más. Comparadas con esa recomendación, nuestras tres canciones se quedan en poco, así que prometemos incorporar una copia de ‘Festival de supertetas vol. VI’ con la próxima entrega de La Inercia.

La elección de Raúl

CÁNOVAS, RODRIGO, ADOLFO Y GUZMÁN – SEÑORA AZUL

Vengo de ver el rockumental ‘This is Spinal Tap’ y ahora hablo de un grupo que tampoco (casi) nunca existió. Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán fue una reunión efímera de cuatro músicos españoles que procedían de diferentes bandas de los 70, como Los Módulos, Los Íberos o Los Pekenikes. El encuentro tuvo aires de supergrupo: todos eran multiinstrumentistas con bagaje, compositores y cantantes y eso se nota en ‘Señora azul’ (1974), un único disco (ahora de culto, claro), lleno de melodías, derroche instrumental, juegos vocales y atrevimientos (fueron de los primeros en hablar del lesbianismo). El proyecto no tuvo continuidad ni siquiera en una gira, a pesar de que en los 80 se juntaron ocasionalmente. En casi 40 años, nunca llegaron a dar un concierto oficial.

Este álbum prácticamente fantasma es desconocido para el público pero valoradísimo por los críticos, que ven en esta reivindicación la manera de reafirmar su ego sibarita. Eso sucede, sin embargo, a pesar de esta canción del mismo título que el disco. Si en su momento algunos la concibieron como un ataque velado a la censura (y a los falangistas), la letra no deja lugar a dudas: es un dardo envenenado a la crítica musical, con muy mala uva: “Desde la barrera sueles ver toros que no son y parecen ser. De vicio criticón, sin dar la talla de profesional, la mediocridad está en tu corazón”. Música alegre a lo Beatle, rica producción, vientos, teclados un poco a lo Supertramp y coros festivos arropan un texto lleno de resentimiento, que acaso puede servir como reflexión para los que bailamos sobre arquitectura.

La elección de Withor

THE DRUMS – ME AND THE MOON

Hace algunas semanas, escribí un post criticando las listas de lo mejor del año. Pues bien, las listas ya están aquí. Suscribo todo lo que afirmé en aquel texto, incluyendo el lado positivo: la oportunidad de descubrir grupos que han pasado desapercibidos. Viendo algunas de estas listas, veo que The Drums ha sido uno de los grupos del año. Y yo sin enterarme. Escucho el disco, y dos o tres canciones me resultan familiares. ¡Mierda¡ Me gusta mucho… Me estoy haciendo viejo.

‘Me and the moon’ no me suena de nada ni falta que hace. Ya tengo canción favorita. Suenan bien estos chicos, de los cuales no sé su procedencia, ni estilo, ni como se llama su cantante. Mejor así. Ya he pasado esa etapa. Los Drums molan, y si están en todas las listas, debe ser por su original sonido: una ligera escucha recuerda a la música de los 60, pero también tiene ecos de los 80 (¡miedo¡), pero siempre sonando moderlo, a los 2000. Un extraño batiburrillo, que pasado por el turmix, suena más que decente. The Drums. Me los apunto. Y a seguir mirando las listas, a ver que se descubre. Un trabajo duro que me da la sensación no tendrá la recompensa esperada.

La elección de V the Wanderer

NEW LIMIT – SMILE

No logro imaginar un tiempo en que este tema no sonara a «revival» o «remember»: el techno-trío valenciano, conjeturo, compuso su ‘Smile’ con visos de futura nostalgia pachanguera y ramplona. «Lo que vamos a emocionarnos al recordar este temazo», se dirían.

Ya conocen la escena: suenan los primeros compases (titu-titu-titu) y ustedes y sus allegados, ebrios en la discoteca, ponen cara de sorpresa, gritan «¡oh!» y levantan el dedo índice con sobreactuadísima sorpresa. Puede que alguien deje escapar algún «¡Temazo!» y el más rezagado añada «¡Smile!». Costumbrismo de club.

Los hermanos Ríos (luego se fueron ellos y ella buscó otros dos sustitutos) tocaron la cumbre con su inglés de speaking para el FCE y las tres versiones de este tema (no me jodan, ‘Scream’ y ‘Every Single Day’ no son más que variantes), y la platea al completo aún se emociona con sus aguijonazos eurodance. No obstante, como figuras siguen a la sombra, máxime si los comparamos con otros iconos del momento como Paco Pil o la danesa Whigfield. Les faltó el uniforme de Scavengers, tal vez.

Ahora vuelven los 90s (ya saben, nuestra obsesión), pero New Limit llevan volviendo diez añazos.