Tres canciones, 253

La elección de Withor

BERTRAND BETSCH – LES VENTS CONTRAIRES

De la misma manera que hay películas que parecen fabricadas exclusivamente para ganar un Oscar, existen otras a las que cuesta mucho no colgar la etiqueta de ‘festivaleras’, sin que ello signifique ni una crítica ni un elogio. El Festival REC de Tarragona, con el que La Inercia colabora desde hace tres años (aunque las simpatías se extienden mucho más allá en el tiempo) no es una excepción. Efectivamente, los films que arrastraban consigo ese aura ‘festivalera’ (calificativo, por otra parte, totalmente objetivo) se acabaron llevando la mayoría de premios y menciones de los jurados.

Tres de las películas que más me llamaron la atención del festival, sin embargo, no entraban en esa categoría. Aprovecho este espacio, pues, para rendirles un pequeño homenaje, siendo consciente de que no llega a ser ni un premio de consolación, pero que servirá, o al menos esa es la intención, para que algún despistado que se encuentre leyendo estas líneas se anime a visionarlas (aunque no será fácil encontrarlas, su distribución en España es casi una utopía). Así pues, levantemos nuestras copas y brindemos juntos por aquellas pequeñas joyas que cuando cierran su ciclo vital (el tour de festivales) están condenadas a caer en un injusto olvido.

‘2 automnes, 3 hivers’: Aunque en un principio parece que va a seguir el clásico esquema (¡temblad!) de ‘chico conoce a chica’, un navajazo (literal) acaba de manera drástica con esa percepción. De todos modos, ‘2 automnes, 3 hivers’ no es especial por lo que nos cuenta (aunque hay giros dramáticos impropios de una comedia), ni por cómo nos lo cuenta (aunque el recurso de los actores hablando a cámara de sus experiencias resulta excelente), sino porque dibuja unos personajes entrañables con los que uno no puede evitar conectar de inmediato, ya sea para reír, llorar o retorcerse de dolor ante una puñalada en el estómago.

For-Some-Inexplicable-Reason

‘For some inexplicable reason’

‘For some inexplicable reason’: Reconozco que mi tesis es muy pobre y cualquier crítico de cine (¿hay alguno en la sala?) me pondría como ejemplo de cómo no analizar una obra. Pero me da igual. Si ‘For some inexplicable reason’ me parece una maravilla es porque es una de esas pocas películas (pienso en ‘Little Miss Sunshine’) que tiene ese ‘no se qué’ especial, ese encanto que parece crearse de la nada, ese halo de magia, de estar jugando en otra liga (y a otro deporte), esa extraña capacidad de ponerte una sonrisa estúpida en la cara y, en definitiva, toda esa serie de experiencias sensoriales difíciles de explicar que a mí muy pocas creaciones del séptimo arte me han hecho sentir.

‘No one’s child’: Esta producción serbo-croata (que ganó el premio del público) tiene dos partes totalmente diferentes. La primera es la historia de un niño criado entre lobos y  su posterior introducción y adaptación en la sociedad. Funciona bien, pero no sorprende. En la segunda mitad, sin embargo, la película coge carrerilla y echa a volar, cuando el hecho de ser un niño-lobo pasa a un plano secundario y poco a poco se va tejiendo una metáfora espeluznante: la integración a un mundo que vive un proceso de desintegración. Tuvo que venir un niño-lobo (que existió realmente, si bien el productor reconoce que nadie sabe qué fue de él) para protagonizar la que bien podría ser la película más portentosa (sobra decir que la más original) sobre la disolución de la antigua Yugoslavia.