Después de vivir durante varios años en monasterios zen de Japón, Gary Snyder se embarcó junto a la poeta Joanne Kyger a bordo del Cambodge rumbo a la India. Corría el año 1962, habían pasado tres años desde la invasión china del antiguo Tíbet y la India era, como Snyder describe, “un mundo desarrollado, pero que siempre se desarrolló a su manera”. Llegaron antes de la contracultura y el New Age, antes de las multitudes sedientas de experiencias místicas. Y aunque por ese motivo no llevaban consigo “tanta expectativa visionaria”, su viaje sí representaba simbólicamente a toda una generación de jóvenes buscadores que trataban de hallar respuestas en otras culturas cuya tradición parecía entonces ofrecer alternativas de vida al materialismo imperante en Estados Unidos en los años cincuenta.

Título: Viaje por la India: La generación beat descubre Oriente

Editorial: Varasek Ediciones

ISBN: 978-84-942572-5-4

Ahora, con esta edición en español publicada en Varasek y traducida por José Luis Regojo Borrás y Concepción Catalán Jiménez, se nos presenta por primera vez en nuestro país una oportunidad única para comprender y presenciar a través de los ojos de Snyder el inicio de lo que se convertiría en una revolución cultural, espiritual y religiosa. Viaje por la India es una crónica de la sed por una Nueva Conciencia que ansiaba otros modos de vida y otras espiritualidades; es el relato del comienzo de una apertura que, a día de hoy, sigue teniendo sentido para miles de personas. A través de una deliciosa y sencilla prosa directa y abundante en descripciones, Snyder nos lleva de la mano a través de ciudades y lugares remotos por áshrams de gurús y sus comunidades, ofreciendo una interesante lectura filosófica y teológica comparada con la práctica del zen muy accesible para cualquier lector. Como buen practicante de esta tradición, su lenguaje se convierte en espejo y nos remite constantemente a la imagen y a lo que es, al presente de la experiencia y lo inmediato. Así es como Snyder nos regala no sólo la detallada descripción visual de los lugares por los que transita, sino que también intercala en su narración fragmentos de poemas y haikus “sencillos como el pan” tal y como los describió su personaje Japhy Rider en Los vagabundos del Dharma de Jack Kerouac.

La entrada en escena de Allen Ginsberg y Peter Orlovsky en un punto del viaje nos ofrece una visión altamente significativa del desarrollo de esta nueva espiritualidad en Estados Unidos. Nótese que Snyder en aquella época ya tenía cierta experiencia con la meditación zen, mientras que, según él mismo nos relata, Ginsberg y Orlovsky están más interesados en el consumo de sustancias con fines visionarios y en preguntar a los maestros (incluido el Dalái Lama) sobre su efecto sobre la mente. A pesar de que esto puede parecer arbitrario y producto de intereses personales, lo cierto es que se trata principalmente de una consecuencia directa de la historia del budismo en Estados Unidos y el difícil acceso que entonces se tenía a las enseñanzas. No es en absoluto casual que en los años sesenta los poetas de San Francisco fueran más doctos en meditación. En esa época, en la Costa Oeste, ya contaban con la American Academy of Asian Studies (de la que Alan Watts había sido director) y con la llegada en 1959 de Shunryu Suzuki Roshi a San Francisco, quien inauguró el primer centro zen de la ciudad. Pero si en todo EE.UU. ya era difícil aprender la práctica y recibir seguimiento por parte de un maestro cualificado, en la Costa Este esta facilidad era prácticamente inexistente, lo que obligaba a los futuros practicantes a viajar a la India para recibir enseñanzas e instrucciones. La invasión china del Tíbet y el éxodo de los tibetanos a Occidente permitiría, ya en los años setenta, tener acceso directo a otras escuelas de Dharma sin salir del país, lo que posibilitaría a Ginsberg y Orlovsky una práctica comprometida bajo la tutela de un maestro. Hasta que llegó ese momento, el interés espiritual de los escritores Beat de la Costa Este caía rápidamente en saco intelectual, mientras que los autores de San Francisco fundamentaban su trayectoria en la práctica de la meditación y la experiencia directa.

viaje por la india

También es necesario apuntar que Joanne Kyger, escritora, poeta y compañera de viaje de Snyder en Viaje a la India, tiene su propia versión de esta historia publicada bajo el título: Strange Big Moon: The Japan and India Journals, 1960-1964. Los diarios de Kyger son profundamente reveladores y, aunque menos conocidos para el público general, la poeta Beat Anne Waldman calificó esta obra como “uno de los mejores libros del género del diario personal”. La opinión de Waldman sobre Kyger no debería desdeñarse con facilidad y sin duda debería impulsar la divulgación de los relatos escritos por la voz protagonista de las mujeres de la misma generación, habitualmente relegadas a ser personajes secundarios.

Aún así, el relato de Snyder no deja en absoluto de ser valioso: nos ofrece la visión de ese momento inicial y fértil, de ese primer embrión. Como siempre, su obra presenta una doble cara: se ancla en el pasado de su tradición autóctona (el título es un guiño evidente a Walt Whitman y E. M. Forster) y a la vez mira hacia el futuro, abrazando las antiguas tradiciones y culturas de la humanidad. En Viaje por la India: La generación beat descubre Oriente nos encontramos con un diario que desde el sendero personal da voz al anhelo colectivo de toda una generación de jóvenes resultando en la historia que ya conocemos. Viaje por la India es un libro que agradará a mitómanos de la Generación Beat y estudiosos por igual pero que tocará especialmente a aquellos que, aún en nuestro siglo y nuestro tiempo, continúan sedientos de búsqueda.