Escribimos el primer borrador de este capítulo allá por 2006, cuando Plutón aún era un planeta. Intentaba reflejar algo muy personal y súper profundo. Con la introducción buscamos un ejercicio estético que a la vez subsumiese fondo y forma, una antítesis de los estilemas que marcarían el resto del programa. El personaje de Cano el Cuarto requirió varias reescrituras: arrancó como un secundario, un ex-convicto enganchado al crack, y los diferentes revisores sugirieron más minutos. El clímax necesitó diez meses de investigación y unas ocho versiones: en seis de ellas acabábamos con los testículos sobre la mesa.