Lorem ipsum dolor sit amet, consectetuer adipiscing elit, sed diam nonummy nibh euismod tincidunt ut laoreet dolore magna aliquam erat volutpat. Ut wisi enim ad minim veniam, quis nostrud exerci tation ullamcorper suscipit lobortis nisl ut aliquip ex ea commodo consequat. O, lo que es lo mismo, tres canciones más para guiarles emocional y espiritualmente por la angustiosa e incierta senda de estos días sin Papa, sin Chávez, sin Messi y casi sin Rey. No se sienta huérfano, que aquí llega La inercia.

La elección de V the Wanderer

THE LAST DANDIES – SUMMER 1917

Uno de los primeros objetivos que fijé en mi nueva vida mallorquina fue descubrir la música autóctona más allá de Antonia Font y el chillout. Salomé, con su ‘En Palma de Mallorca’, tampoco valía. Cosas de alma inquieta, de ojos y oídos hambrientos, o a lo mejor tópicos fáciles para culturetas con aspiraciones. Motivos, sea como sea, que lo mismo me han llevado a esto que a leerme ‘Un invierno en Mallorca’ de George Sands (¡cómo rabiaba la franchute y qué aires se daba!). ¿Y tuve éxito en mis pesquisas?, se preguntará usted, avezado lector, inteligente lectora. Pues puedo que anunciar que sí. Mucho más del que esperaba.

Primero me crucé con estos The Last Dandies, con su rock festivo, intrascendente, cachondón. Para pasárselo teta. Luego pasó por ahí Gran Sol, que sonaron en Radio3 y me parecieron sólidos y muy apreciables. Más tarde, va y anuncian un concierto gratuito al pie de la catedral para el Día de las Islas Baleares con estas dos bandas y una tercera, Jansky, y la casualidad me parece demasiado grande.

Las tres sonaban apetecibles, atractivas y con mucha pericia técnica. Lo marqué en mi agenda, cómo no, pero luego me pilló el frío, la pereza y la perspectiva de una carrera al día siguiente (aquí la noche antes de un trote serio se descansa, caballeros). Acabé pasando del concierto, sumando las tres formaciones a mi larga lista de descubrimientos gracias a conciertos a los que no he ido y escuchándolas en Spotify. No pasaba nada, el objetivo ya estaba completo. Ya tengo nueva banda mallorquina favorita.

La elección de Raúl

JOE CREPÚSCULO – LA CANCIÓN DE TU VIDA

Por venir del indie, Joe Crepúsculo (ahora, como V, afincado en Palma de Mallorca) puede hacer una cumbia y quedarse tan pancho. O un techno cutrecillo, en homenaje a los años 90 y al bakalao que él mismo llegó a perpetrar. Puede poner organillos en liza, rudimentariedades y letras tontillas y a veces profundas, de cantautor raro, y gozar de la atención de crítica y público especializado. Es un poco una trampa. Son esas licencias que, fuera de lo minoritario, sería para atizarle collejones al barcelonés.

Y aquí me tienen, yendo y viniendo por su discografía desconcertante, ágil, pedadiza, juguetona con el pop y abrazando el folclore. O, como diría un crítico advenedizo, música inclasificable y a la que, por lo prolífico, es complicado seguirle la pista. Llamarle inquieto o extraño sería demasiado superficial. Joe Crepúsculo sale casi a disco por año, también lleva adelante el grupo Tarántula y encara cualquier colaboración marciana: acaba de pergeñar un EP con Fernando Alfaro y tiene entre manos el proyecto ‘Junco y diamante’, que consiste en dedicarle una canción ¡a cada una de las 42 comarcas catalanas!. Y ya lleva más de 30. Aquí les dejo, de propina, la del Baix Camp, que es una sevillana.

Joe Crepúsculo es un tipo feo que debe experimentar a su antojo con guitarras y cacharros en su casa pero, sobre todo, es para mí una mirada con gancho, pop claro pero pervertido de voces desganadas, tecladillos de mercadillo e imágenes insólitas, cazurras a veces, oníricas otras. Me pasa igual que con los sketches más libres y retorcidos de Muchachada Nui: intuyo que Joe me gusta, que me atrapa (títulos como ‘Escuela de zebras’ o ‘Una semana con los polis’ tienen su aquel) pero a estas alturas de párrafo aún no estoy seguro, no se crean.

La elección de Withor

CRISTOBAL TAPIA DE VEER  – MEDITATIVE CHAOS 

Empezar de manera excelente y acabar siendo un notable y empezar siendo un notable y acabar de manera excelente no es lo mismo, aunque se parezca.

La serie británica ‘Utopia’ empieza de manera excelente y me atrevo a decir que los tres primeros capítulos son de lo mejor que se ha hecho en años en televisión. A partir del cuarto (de un total de seis) , una vez asimilada la sorpresa inicial, uno se da cuenta de que está muy bien pero no es para tanto.

En realidad, ‘Utopía’ es una serie muy especial por dos motivos: la fotografía (de las más originales y espectaculares que un servidor ha visto) y por la música del chileno Cristóbal ‘Cristo’ Tapia de Veer. Les aseguro que sus composiciones son aún más extrañas que su nombre, y no exagero. El placer visual y el auditivo se entremezclan a la perfección y la cosa sólo chirría cuando el guión se vuelve demasiado forzado como para ser tomado en serio.

En cambio, ‘Siete psicópatas’ empieza siendo un notable y acaba siendo un excelente. Lo que parecía ser una comedia divertida, algo desmadrada y con evidentes tintes tarantinianos (es decir, otra guyritchieada más), acaba siendo un impecable ejercicio de guión, una metapelícula que va creciendo hasta llegar a la excelencia. El impacto es brutal. Especialmente porque uno ya se conformaba con reírse un rato al son de la comedia alocada y no exigía nada más.