Pasen, pasen y vean el pisito. Soleado, exterior, céntrico, con mucho movimiento aquí en el lado derecho. Arriba también hay ajetreo. Admiren nuestras vistas a artículos pasados. Ideal melómanos. A leer en cómodos plazos. Los albañiles del http ya casi han acabado este nidito del rock y nosotros, los inquilinos, estamos como un niño con zapatos nuevos a las puertas del pub Arny. Ha cambiado el envoltorio pero la esencia sigue siendo la misma. Aquí, en pleno estío, seguimos la rutina de los viernes, ahora en un marco más flamante, pero como si nada, manteniendo exacta filosofía. Decíamos ayer.

La elección de Raúl

LOS RODRÍGUEZ – EL PROFESIONAL

Este boogie sureño destartalado y palpitante es un manual de cómo colocar el piloto automático en la vida. Al carajo la ambición, el reconocimiento social, la realización personal y la Pirámide de Maslow. Hoy lo que importa es llegar, comer y dormir. “Hubo un día en que quería trabajar y progresar. Ahora sólo quiero tocar y cobrar”, canta Calamaro. Así estaba un poco la banda hispano-argentina en las sesiones del disco ‘Palabras más, palabras menos’. Este tema se quedó fuera de ese álbum grabado con la separación del grupo en el horizonte, con incipiente mal rollo en el estudio, con cada miembro registrando por su cuenta sus instrumentos, el ego de Andrés haciendo estragos (le tentaban cheques de muchos ceros para emprender carrera en solitario) y todo ello, consecuencia lógica, acabó dando pie a uno de los mejores discos de rock en castellano.

Contráteme, págueme y punto, no me tienten con murgas creativas, viene a decir la letra, dirigida por el piano y arropada por una música bluesera y caliente. “Estoy libre y no tengo adonde ir”, cuenta la canción. Hoy no quiero inventar; prefiero quedarme mirando el techo, si no tengo un plan mejor que el de holgar. Las consignas son libertad, aburrimiento, pereza, vida en modo ‘off’ y vacaciones cualquier lunes, donde la máxima preocupación, con todo el tiempo del mundo por delante, es encontrar un piano, tocar, comer y dormir, tocar, comer y dormir, tocar, comer y dormir. Yo digo: no progresemos. Yo digo: animalicémosnos.

La elección de V the Wanderer

GOGOL BORDELLO – SUPERTHEORY OF SUPEREVERYTHING

Escritores rusos, acordeones, gitanillos de Kiev, bigotones y barbas, aceleradores de partículas, violines alegres, un Dios sin sentido del humor, cabarés, disfraces, protones, burdeles, vampiros ukranianos, Chernobyl, rock, Moscú, garitos cool de New York, incesantes cambios de formación, veneración indie, diáspora, exilio, sonido hiperactivo, fiesta, gypsy spirit, guardias fronterizos que miran mal a nuestros abuelos, emigración, inmigración, cine, ‘Punk Rock Parranda’, los Balcanes, bailoteo, rabia curtida, coros, saxofón, toque electro, más coros, ‘Mussolini Vs. Stalin’, superteorías verdaderas que lo explican todo, supertodo.

Pónganle un bosón de Higgs para rematar la presentación, y listos. A primera vista puede parecer un grupo de piratas borrachos que se cruzan por azar e improvisan cuatro ritmos, con su rata y sus barriles, sí, pero no se dejen engañar: todo eso de arriba, batido y acelerado, es el recetario base del nuevo punk. Esa es la superteoría de supertodo; así, en resumidas cuentas, es como funciona el conjunto del universo.

La elección de Withor

DELUXE – QUE NO

Recuerdo la primera vez que escuché esta canción. Era un especie de after en Cáceres, llamado ‘Woman’ o algo así -aclaración: no era un puti-. Eran aproximadamente las 6 de la mañana, yo iba pedal y, como en este tipo de noches, definámoslas como, por ejemplo, de alegría incontenida, no estaba prestando demasiada atención a la música. De repente, algo taladreó mi cabeza, de forma insistente: ‘Que no’ ¡Que no’ ‘Que no’ ‘Que no’ ¡Que no’ ‘Que no’. Desconocía la voz que me repetía el mensaje con insistencia, y me encontraba algo desubicado. Hasta que un amigo me llevó a tocar la luz: ‘Es deluxe. Es indie’. Indie… Y así fue como tuve mi primera experiencia con el mundillo independiente.

Ahora que los años han pasado, que las etiquetas me la pelan y que sé que el señor Deluxe imitó a los Beatles en ‘Lluvia de Estrellas’, esta canción me despierta sentimientos contrapuestos. Por una parte, me parece un temazo, ideal sobre todo para cantar a viva voz, con el aliciente de que es difícil equivocarse en la letra con el estribillo. Pero por otra, se me hace un poco pesada, por motivos obvios.

Guardo, sin embargo, un buen recuerdo. Al fin y al cabo, canciones con un estribillo tan pegadizo como estas no hay muchas. Y si me he cansado es, en parte, porque la ha explotado más de lo que debería. Vamos, que es una canción ideal para descubrir aquellos que no la conozcan: al principio pensarán que es la ostia en verso y al cabo de unos días descubrirán, abatidos ellos, de que no era la ostia consagrada. Que gran variedad de recursos que tengo. Como Deluxe, más o menos…