De revelación juvenil a estrella indie, de Madrid a Nueva York y otra vez aquí, de hacer chás a ir en un un coche y pasar un verano fatal con Nacho Vegas: uno puede tener la sensación de que Christina Rosenvinge ya lo ha hecho todo y de que, al mismo tiempo, justo acaba de comenzar. La invitamos a esta casa, donde es todo un referente, y nos habla de literatura, mujeres, hamburgueserías y grillos. Hasta nos adelanta una exclusiva: la Warner prepara una caja-recopilatorio sobre ella que llevará por título ‘Un caso por resolver’. Pues a ver qué resolvemos nosotros.

Ante todo, gracias por tu comentario en nuestra crónica. Así da gusto dedicarse a esto. ¿Sueles leer lo que dice la crítica de ti? 

Las primeras críticas que salen al sacar un disco las suelo leer. También las de algunos conciertos si me las encuentro, como la vuestra. Una cosa es lo que uno se cree que está haciendo, y otra es lo que la gente entiende. Siempre es interesante ver como se percibe desde fuera. Algunas me enfadan y otras me alegran, las tengo en cuenta pero no demasiado, la reaccion del público es más fiable.

¿Recuerdas alguna crítica que te llamara especialmente la atención?

Me hace gracia que se diga tanto que soy «enigmática». El enigma depende de los gintonics.

También tienes experiencia en estar de ese otro lado, el de la crítica o los medios. ¿Cómo fue presentar FM2?

Bueno, crítica no se hacía en FM2. Fue un buen trabajo alimenticio. Ojalá hubiera programas así ahora.

En el concierto estuviste acompañada de Aurora Aroca y Refree. Has trabajado también con Steve Shelley, Charlie Bautista, Benjamin Biolay o Georgia Hubley. ¿Cómo lo haces para estar tan bien rodeada?

Tengo la suerte de que toda esa gente y otros muchos han querido colaborar conmigo. Es cuestión de preguntar. A veces la oferta ha venido desde el otro lado. Una de las cosas más bonitas de esta profesión es que te mezclas con gente que admiras y de la que se puede aprender mucho.

El repertorio se centró en tu regreso a la música española. ¿Qué queda de la etapa anglosajona?

Suelo ver mis discos por etapas. Me cuesta entremezclarlas, aunque a veces lo hago si la gente realmente lo espera. Para mí tiene más sentido centrarme en lo último, que es lo más fresco, aunque me gustaría hacer un concierto basado sólo en los discos en inglés. Ahora creo que tiene sentido revisarlos.

¿Qué añoras más de Nueva York? ¿Cuál es tu rincón favorito de esa ciudad?

La calle en sí. Hay muchos sitios a los que vuelvo cuando voy. Es una sensación extraña porque están conectados a recuerdos de todo tipo. Es como ir encontrándome con fantasmas del pasado. Un poco morboso. A alguien que llegue de nuevas le recomiendo una hamburguesa en Shake Shack en Union Square, es un poco de turista, pero es estupendo.

¿Qué piensas de tu versión de ‘Famous Blue Raincoat’ en el disco ‘Acordes con Leonard Cohen’? ¿Es cierto que reescribiste parte de la adaptación? (Nota: se la habíamos recomendado en un Tres Canciones, aquí.)

Sí. Alberto Manzano hizo la adaptación, pero había partes de la canción original que echaba de menos, así que  reescribí algunas partes. La versión creo que es digna, pero la verdad es que la original es tan buena que no se puede ni comparar.

‘Canción del eco’ nos parece un tema redondo. Utilizas temas mitológicos para hablar de asuntos muy modernos y recupera la canción-narrativa. ¿Cómo ves la relación entre música y literatura?

Es como azucar y café para mí: imposible una cosa sin lo otro. Para que el pop se haga adulto tiene que beber de la literatura. Utilizar mitos es algo que quería hacer desde hace tiempo, pero no encontré la manera hasta este disco. A veces es cuestión de ensalzarlos y a veces hay que destruirlos.

Dices que te gustaría atreverte con la literatura. ¿Quiénes son tus escritores de referencia?

Acabo de leer ‘La purga’ de Sofi Oksanen, me ha gustado mucho. Pero si pudiera parecerme a alguien, me gusta mucho Julian Barnes.

 

¿Qué opinas de los referentes femeninos actuales? Tanto en la música como en otras artes, nacionales o internacionales. ¿Vamos por buen camino o aún quedan tópicos de género?

Puf, hay de todo. Estamos en mejor situación que antes, pero la presencia femenina en las artes sigue siendo muy escasa. Los prejucios ancestrales que arrastramos siguen estando aquí. Muchas mujeres no se atreven a ponerse al frente y muchos hombres se resisten a hacer sitio. La palabra «feminismo» asusta  porque parece llevar algun tipo de confrontación en ella. En realidad, deberíamos aceptar que existe la discriminación sexista y que todos ganaríamos si dejara de existir.  Hay mucho talento femenino por descubrir.

¿Cuál es tu personaje femenino de ficción favorito?

La bruja de ‘Blancanieves’, lady Macbeth, Eva… todos los que representan la maldad. Se les atribuye mucho más poder que a los personajes masculinos. Durante siglos la mujer que tenía ambiciones o deseos propios era el demonio. Una mujer al uso tenía que buscar un hombre que se hiciera cargo de ella y de sus hijos y no aspirar a más. Con la emancipación tambien llegó la liberación sexual, y ahora ya no tiene sentido el mito de la femme fatale, que es mi favorito, porque ya no se manipula a un hombre para conseguir propósitos que puedes conseguir sola. Aunque según estoy diciendo esto se me están ocurriendo unos cuantos ejemplos de escalada más bien turbia…

Dices que te cuidas mucho, aunque a veces muestras un lado rockero, desenfrenado, casi juerguista. ¿Cómo se combina eso?

Bueno, es cuestión de coger la medida de las cosas. Cuándo puedes y cuándo no. Tener costumbres sanas y saltártelas de vez en cuando.

Usas el piano con dureza, casi como un instrumento punk, y la guitarra de forma muy suave y melódica. ¿Es consciente este giro?

Empecé con el piano muy tarde y aprendí de forma autodidacta, así que he desarrollado un estilo un poco bruto que me sirve para escribir canciones más viscerales que la guitarra. El piano lo tiene todo: ritmo, graves, asonancias, incluso distorsión.

 

¿Lo de ‘Jorge y yo’ son grillos?

¡Sí! Estaba empeñada en darle un aire evocativo y los estuve buscando en librerías de internet una mañana entera. Me alegro de que te hayas dado cuenta.

“Con esto que hay entre tú y yo sólo se hacen estribillos”. ¿Se puede escribir o componer siendo feliz?

No lo sé. La verdad es que las ganas de escribir canciones salen de una forma de ansiedad, de anhelo. Es una forma de felicidad en sí, pero no es ésa a la que todos aspiramos. Las pocas veces en las que he estado realmente conforme con la vida he dejado de tocar y me he entregado al disfrute sin pensar en nada más.

Cierre típico: ¿qué será lo siguiente? ¿Estás preparando ya el próximo disco?

Estoy en varios fregados al mismo tiempo. Haciendo canciones nuevas, escribiendo en compañía. De momento, Warner saca una caja recopilatoria que se llamará ‘Un caso sin resolver’. Llevaban años planteándolo y, aunque mirar hacia atrás no es lo que más me gusta, éste parecía un buen momento. Por lo menos he podido opinar en la seleccion de temas.

Por último, recomiéndanos tres canciones que te gusten.

‘Emerald river dance’ de Judee Sill, ‘Extintor de incendios’ de Alfaro y ‘Two of us’ de los Beatles.

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